Los navarros Juan Carlos Unzué (Pamplona, 1967) y José Ángel Ziganda, el Cuco, (Larrainzar, 1966) volverán a verse las caras en San Mamés, a la vuelta del paréntesis liguero, en un momento de dificultad para ambos. El entrenador del Celta y el técnico del Athletic Club comparten mucho más que una profesión. Siendo adolescentes defendieron juntos los colores en el Osasuna Promesas, donde trabaron una íntima amistad que se ha prolongado después de una prolífica carrera en los terrenos de juego, durante un año juntos en el primer equipo rojillo y luego, por separado: Unzué como portero del Barcelona, el Sevilla, el Tenerife y el Oviedo; Ziganda, como delantero en el Athletic Club. Los dos regresaron a Osasuna, su casa, para retirarse con dos años de diferencia.

Las palabras del entrenador del Athletic en la previa del duelo disputado en Balaídos reflejan con precisión la estrecha relación personal que les une. "Nos conocemos desde los 13 o 14 años, nuestras familias son íntimas, tenemos una relación tremenda", explicaba Ziganda, que matizaba: "Ahora cada uno defendemos lo nuestro y no estamos para exquisiteces. Quizás cuando nos veamos en Samfermines recordaremos el partido con más humor".

En los banquillos, el preparador celeste y el entrenador rojiblanco presentan una trayectoria parecida. Ziganda se estrenó en Primera División con Osasuna en el curso 2006-07 en sustitución del mexicano Javier Aguirre y dirigió al cuadro pamplonés durante 99 partidos, hasta que en octubre de 2008 fue relevado por Juan Antonio Camacho. Firmó luego por e Xerez Deportivo, que debutaba en la máxima categoría, pero rápidamente despedido tras no haber logrado una sola victoria en las seis primeras jornadas de Liga. En 2011, Ziganda se integró en las categorías inferiores del Athletic, club en el que triunfó como delantero, para dirigir a su equipo filial, en el que permaneció hasta que la pasada temporada la marcha de Ernesto Valverde al Barcelona le abrió las puertas del banquillo de San Mamés.

Juan Carlos Unzué empezó en el Barcelona como entrenador de porteros de Frank Rijkaard y ejerció dos temporadas más esta función en el cuadro azulgrana a las órdenes de Josep Guardiola. Su primera experiencia como primer técnico le llegó en 2010 al Numancia, en Segunda División, con el que acabó décimo en la Liga.

De regreso al Barça, Unzué ejerció otro año como entrenador de porteros antes de firmar con el Racing de Santander en Primera División, pero se desvinculó del equipo cántabro antes de iniciarse la temporada. En el curso 2013-14, Unzué se incorporó al cuerpo técnico del Celta como segundo de Luis Enrique, al que acompañó luego como mano derecha durante tres exitosas campañas en el club azulgrana.

La decisión del entrenador asturiano de tomarse un año sabático y la marcha de Eduardo Berizzo precipitaron el fichaje de Unzué por el Celta, que por fin le brindó la oportunidad de debutar como primer entrenador en la máxima categoría.

Las similitudes entre Juan Carlos Unzué y el Cuco Ziganda se han acrecentado, si cabe, esta temporada.Los dos técnicos dirigen por primera vez una plantilla con objetivos europeos y ambos llegan al tramo final del curso por debajo de las expectativas después de una temporada irregular, alternando victorias con derrotas.

Tanto Unzué como Ziganda han asumido la dirección de sus respectivos equipos con el listón muy alto y su trabajo ha estado condicionado por la inevitable la comparación con el desarrollado por sus predecesores en el cargo. Pero si la sombra de Eduardo Berizzo ha sido alargada en el Celta, la de Valverde en el Athletic ha eclipsado por completo a Ziganda, cuya labor ha estado permanentemente cuestionada. La temprana eliminación copera, a las primeras de cambio, frente al modesto Formentera, de Segunda División B, resultó humillante para los leones, acostumbrados a brillar en este torneo.

Tampoco en la UEFA Europa League las cosas han rodado como se esperaba. El equipo logró superar sin atrancos la fase de grupos y eliminó en octavos de final al Spartak de Moscú, pero su reciente eliminación a manos del Olympique de Marsella ha dejado al Athletic con LaLiga como única competición. Y la situación en la competición doméstica, cuatro puntos por debajo del Celta, dista de ser la ideal y ha llevado pitos a San Mamés por primera vez en mucho tiempo.

Claro que a Unzué no le van mucho mejor las cosas, a pesar de disputar una competición menos que el curso precedente y disponer de un plantel de mayor calidad del que contó Berizzo para llevar al equipo a las semifinales de la Copa y de la Europa League la pasada temporada.

El cruce frente al Barcelona cerró al Celta el camino de la Copa tras una digna actuación, pero ha sido la irregularidad mostrada en LaLiga, acentuada con el deficiente partido firmado el pasado domingo ante el colista, la señal que ha disparado las alarmas y ha hecho aflorar los pitos hacia el banquillo en Balaídos.

En tales circunstancias, el duelo de San Mamés supone toda una reválida para los dos grandes amigos que el fútbol convertirá la próxima semana en enemigos íntimos.