El fútbol y Allariz, dos de los amores en vida de Luis Cid Pérez, Carriega, le dieron ayer el último adiós. Desde que se conoció su fallecimiento el pasado martes, cientos de personas acompañaron a la familia desde el velatorio hasta la iglesia de Santiago, donde ayer se celebraron los funerales por el entrenador gallego con más partidos en Primera División.

El alcalde de Allariz, Francisco García, subrayó el reconocimiento en vida que le tributaron a Carriega sus vecinos al bautizar con su nombre el campo de fútbol municipal. "Era una persona muy identificada con Allariz, un buen embajador, y aquel homenaje en vida fue un reconocimiento a sus méritos en su trayectoria profesional", indicó el regidor. "Tanto en la faceta de entrenador profesional, como como comentarista, siempre presumió con orgullo de Allariz", agregó.

Carriega jugó en la élite pero será recordado por haberla moldeado a lo largo de las tres décadas que permaneció en los banquillos españoles desde que le llegó la alternativa en Cartagena. Empezó jugando en O Couto y también vieron sus goles las aficiones del Racing de Ferrol, Oviedo (con el que ascendió a Primera División), Burgos y Cartagenera. La ciudad murciana vivió su transición del césped al banquillo. A mediados de los años 60 del pasado siglo se fogueó en el Terrassa y Europa y en 1966 dio un salto providencial en su carrera que le condujo a Asturias. Como adelantado a su tiempo, Carriega fue impulsor de la escuela de fútbol de Mareo, donde descubrió a Enrique Castro, Quini, y logró un ascenso a Primera con el Sporting. El Brujo viajó desde Asturias para asistir al sepelio. "Carriega fue un hombre fundamental en mi carrera -recordó el exdelantero-. Me marcó por ser una de las personas que tuve a mi lado en mis inicios y por aquellos inolvidables entrenamientos en los que nos quedábamos al final, cuando todo el mundo se iba, para trabajar los remates. Eso ahora es imposible verlo en un entrenador del fútbol profesional".

La gloria se le había abierto a Carriega de par en par y la saboreó durante una década al frente del Zaragoza, Sevilla, Betis, Atlético de Madrid o Celta hasta ganarse el apelativo del Sabio de Allariz. Uno de los amigos que deja, Luis Soria Montero, se mostraba ayer conmovido por la pérdida del que también fue su vicepresidente en la Asociación de Entrenadores O Afiador. "Convivíamos a menudo para organizar las actividades y Carriega era un alma máter, porque en España era un entrenador de primera línea, un hombre famoso. Le extrañaremos mucho porque era muy querido, por ser muy buen entrenador y por ser muy buena persona", destacó Luis Soria.