El Sala Ourense aumenta a ocho puntos la ventaja con respecto al segundo clasificado, el Pazos de Borbén, después de imponerse ayer al Santa Isabel de Outeiro de Rei en Os Remedios. El partido fue duro y vibrante desde el inicio. A los 10 segundos del pitido inicial, Bermejo tuvo el 1-0 pero no materializó y, en la acción siguiente, y con solo 18 segundos transcurridos llegó el 0-1 tras golpear el balón en los dos palos e introducirse en la meta defendida por Toki. Era el presagio de una mañana que iba a dejar 11 goles más.
Guerra acudió al rescate. Primero empató el partido tras una gran asistencia de Tizón y luego puso por delante a los ourensanos. Era todavía el minuto dos de juego y el electrónico ya indicaba 2-1.
Pudieron empatar los lucenses pero desperdiciaron dos claras ocasiones, una que se fue fuera y otra que Toki en un gran intervención lo evitó. Tizón tuvo el 3-1 pero, en un gran gesto de deportividad, tiró el balón fuera renunciando a marcar ya que un jugador del Santa Isabel estaba tirado en el suelo.
Fue Diego Fente, en un día emotivo para él al despedirse del equipo por motivos laborales, el que hizo el 3-1 en el minuto nueve. Con ese marcador, el entrenador de los visitantes solicitó tiempo muerto para frenar el posible vendaval ourensano. Y surtió efecto, ya que Javier Río, con dos goles, demostró por qué es el tercer máximo anotador de esta liga. Con su dosis de efectividad llevaba de nuevo el empate a Os Remedios y así se llegó al descanso.
En la segunda parte, los de Kike García tiraron de pizarra y en dos saques de esquina Allariz y Raúl Rivero elevaban el marcador a un 5-3. El rival que visitó la central de Os Remedios lo dio todo en este envite, peleó cada balón con la máxima intensidad y no se iba rendir a pesar de ir dos abajo en el marcador y jugar en el fortín ourensano, donde nadie ah conseguido sumar ni un solo punto en lo que va de temporada.
En el ecuador de la segunda parte, Francisco acercaba de nuevo a los lucenses con el 5-4, momentos tensos que hacían peligrar los tres puntos para los ourensanos. Tenía que ser el día de Diego Fente y así lo fue. El 6-4 se lo guisó él desde el inicio hasta su finalización. Fue el gol del partido por lo que supuso en ese momento en el que el resultado era incierto.
Quedaban dos minutos y los de Outeiro de Rei apostaron por el juego de cinco, que el Sala Ourense supo defender bien y en el que incluso aprovechó por medio de Dani Gato para cerrar el partido en un perfecto golpeo de campo a campo. Al final 7-4, tres puntos y la mejor despedida posible para un Diego Fente muy querido y respetado por directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición.
El próximo partido depara un hueso duro de roer para el Sala Ourense, de nuevo un rival lucense del Ribeira F.S.
