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Los dedos cruzados de Mónica

La unionista espera con temor el diagnóstico de la lesión en su rodilla izquierda

Mónica Graña. // I. Osorio

La lesión de la centrocampista de la UD Ourense Mónica en el partido del pasado domingo en Os Remedios estropeó la segunda victoria liguera de las de Rubén García. La jugadora visita hoy el traumatólogo con el propósito de que le pongan día para la resonancia que despejará la duda sobre los daños que presenta su rodilla izquierda. No es optimista, porque ya sabe qué se siente, pero tampoco pierde la esperanza: "Esperar que sea lo menos posible, ojalá sea un esguince", aseguraba ayer.

Mónica tiene fresco en la memoria el aciago lance del juego. "Fue en una jugada al empezar la segunda parte. Me pasan el balón en el medio del campo y, cuando lo tenía, me iba a girar y me golpearon la pierna de apoyo. Ahí noté el chasquido", relata. En las filas unionistas no gustó la dureza con que se emplearon las jugadoras del Tordoia. "Dieron muchas patadas, supongo que sería por la impotencia de ir perdiendo. Nos quitaban mucho cuerpo y fue un poco duro", recuerda Mónica.

A la jugadora de la UD Ourense le preocupa, sobre todo, que la lesión interfiera en su ocupación laboral. Hace años pasó por el mismo calvario, debido a una rotura del ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha. "Estuve cinco meses y medio fuera antes de volver a jugar", lamentó. Ahora los síntomas son parecidos: "Cuento con que sea algo parecido. Me hicieron la prueba del cajón y dio positivo, aunque si al final sale mejor la prueba, sería genial", apunta la jugadora fastidiada por el engorro de las muletas y de no poder caminar con normalidad. Su reto ahora es que la rodilla quede bien.

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