Pablo Rodríguez despidió ayer la segunda Copa del Mundo de mountainbike que disputa en la categoría sénior a sus 24 años con un duodécimo puesto, tanto en la clasificación general después de seis pruebas como en la cita que cerraba la competición en el circuito de Val di Sole, en Italia. "El puesto en la General final y en la última carrera están en la línea de toda la temporada", aseguraba ayer el de Maceda en sus perfiles de redes sociales tras competir.

"Estoy contento con mi rendimiento y con la regularidad de todo el año. Ahora toca último empujón porque en dos semanas llega el campeonato del mundo de Australia", añadía como somero balance y para referirse a su objetivo inmediato. En la edición de 2016, el de Maceda se hacía con una histórica décima posición.

Al rozar de nuevo el "top ten" en la cita italiana que completaba la Copa del Mundo, Pablo Rodríguez confirma su recuperación tras el mal resultado en el campeonato de Europa celebrado a finales de julio también en terreno italiano. El puesto 16º que logró en la anterior carrera, en Canadá, en uno de los circuitos más técnicos de la Copa del Mundo y con el agravante de la lluvia fue el primer indicio de la recuperación. Después de haber logrado la sexta plaza en Andorra y rondar los diez primeros puestos tanto en la República Checa como en Alemania, en el Mont-Sainte Anne pudo recuperar sensaciones sobre la bicicleta. Tanto en la prueba canadiense como en Italia, Pablo Rodríguez pudo sacarse la espina de su abandono en el campeonato de Europa y afrontar así con el mejor ánimo el Mundial australiano.

Su compañero de equipo, David Valero, pudo celebrar la consecución de un podio en la General de la Copa del Mundo. Tras una carrera muy dura, el granadino defendió con uñas y dientes su cuarto puesto en Val di Sole, donde entró el 26º. Pese al mal día, tuvo la recompensa de situarse entre los mejores.