Francisco Roca comunicó ayer a los miembros de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) su decisión de no continuar en su cargo de presidente ejecutivo una vez concluyan los tres meses de preaviso estipulados en su contrato. La etapa de Roca como máximo dirigente de la ACB concluirá, por tanto, el próximo 22 de noviembre, tres años y medio después de su elección para el cargo en mayo de 2014.

En este tiempo la ACB, explica Francisco Roca en una nota, "ha cambiado su modelo de explotación televisiva, llegando a un acuerdo con Movistar+ para la retransmisión en HD de todos los partidos de la competición. Económicamente, en este periodo la Asociación prácticamente ha doblado sus ingresos centralizados de explotación y casi triplicado el reparto a los clubes".

En una carta dirigida a los clubes, Roca, cuyo mandado finalizaba en mayo de 2018, ha explicado sobre su decisión: "Durante el transcurso de la presente temporada 2017-2018 la ACB deberá tomar decisiones importantes de cara a definir su futuro a corto y medio plazo". "Estoy convencido", añade, "de que este proceso no debe estar dirigido por un presidente que se acerca al final de su mandato, sino por la persona que vaya a liderar la ACB en los próximos años y que además lo pueda hacer desde una renovada unidad entre los clubes asociados".

El directivo saliente se ofrece "a la Asamblea General para prestar la máxima colaboración en la transición a una nueva presidencia". Francisco Roca fue el presidente de la ACB encargado de gestionar el conflicto de los ascensos de LEB, un escollo que no pudo superar el Club Ourense Baloncesto dos veranos consecutivos durante su mandato. Los coletazos de la controvertida decisión de los clubes más poderosos del baloncesto española de cerrar la competición han llegado a este mes de agosto, cuando la Liga Endesa tuvo que rehacer el calendario ya publicado debido a una decisión del juzgado de Barcelona que le obligaba a readmitir al Betis Energía Plus por un incumplimiento de los plazos estipulados en los estatutos.