La octava edición de la marcha cicloturista el Val do Támega citó a 180 corredores para cubrir un recorrido de 106 kilómetros con salida de la Praza de García Barbón y meta al pie del Castrelo de Monterrei. En la prueba, de carácter aficionado y no competetivo, se habían inscrito corredores de las cuatro provincias gallegas, además de un numeroso grupo de ciclistas portugueses. Los deportistas participantes oscilaron entre los 17 años, el más joven, y los 75, el más veterano.

La prueba, un año más, presentaba un recorrido exigente para los participantes con dos puertos de montaña: Alberguería y As Estivadas y un desnivel positivo de mil trescientos metros.

Los ciclista salieron de Verín por la carretera nacional de Chaves hasta Tamaguelos, tornando luego dirección a Rabal y Oimbra. En ese punto se superaba el alto do Rosal y desde allí un rápido descenso hacia Villaza y Albarellos, tomando las nacional 525 hacia Pazos. En la entrada de Verín los corredores tomaron dirección a Laza pasando por Vences y Estevesiños, continuando en un tramo absolutamente plano hacia la localidad de Soutelo Verde, en donde comenzaba lo más duro de la carrera: Alto de la Alberguerí, que hizo estirar al grupo.

En montaña estaba situado el primer control de avituallamiento. Los corredores continuaron hacia Vilar de Barrio para desde allí dirigirse a Sarreus y Viladerrei en donde comenzaba la ascensión al alto de las Estivadas. Desde ese punto, en el Concello de Cualedro, rápido descenso hasta la localidad de Pazos para continuar una última subida a la meta en las proximidades del Castillo de Monterrei. La cerra este año homenajeaba a Gonzalo Rabuñal, excorredor profesional del Xacabeo Galicia.