Cristian Fernández apura sus vacaciones ourensanas antes de volver a Inglaterra para trabajar con el Newcastle de Rafa Benítez. Su cometido por segunda temporada en St James' Park consistirá en que las lesiones no boicoteen el regreso de las "urracas" a la Premier League.

- Llegó al Newcastle en 2016, en plena ola de lesiones. ¿Quién requiere sus servicios?

- Me llama Benítez porque mi jefe en el Hull había trabajado con él en el Liverpool. Se da la coincidencia de que necesitan la figura de un readaptador y él me recomienda. Me llamó justo el día después del ascenso a la Premier con el Hull. Ni me lo esperaba.

- ¿Tardó mucho en dar el sí?

- Me contó un poco el proyecto que ellos querían llevar a cabo. Habían llegado al equipo para ocho jornadas, unos tres meses, y se encontraron con que tenían muchos lesionados. Era un equipo en decadencia y en ese tiempo lo prepararon de la mejor manera posible. Hicieron un buen papel, pero acabaron descendiendo. Él decide quedarse para continuar ese proyecto y ahí nos añadimos al equipo médico un fisioterapeuta (Daniel Martí) y yo para trabajar con la filosofía que promulga Benítez.

- ¿Se considera miembro del departamento médico o del cuerpo técnico?

- Es un término intermedio. Dependiendo del club, puedes ocupar plaza en el departamento médico o ser parte del cuerpo técnico. Generalmente, en Inglaterra yo soy parte del departamento médico, aunque con el cuerpo técnico que tengo en la actualidad digamos que dependo de ellos también. De hecho, fueron ellos los que metieron mi figura. Sin embargo, en el Hull entré directamente a un departamento médico y no había relación directa con el entrenador. En España es una figura muy común en los cuerpos técnicos y yo pasé un poco por los dos, pero mi misión es minimizar la distancia que hay entre ambos y acompañar al jugador durante el proceso de recuperación.

- ¿Cuánto de máquinas y de psicología hay en su cometido?

- Yo trabajo las primeras fases de la recuperación en el gimnasio y en el campo. Cuando un jugador tiene una lesión hay cosas que no puede hacer, pero sí muchas otras que puede porque trabajas con un futbolista, no con una lesión. En las primeras fases, cuando está más limitado, vas recuperando la funcionalidad de la estructura dañada y después haces una recuperación progresiva de la condición física, pensando en el puesto específico y en el papel que desempeña dentro del equipo. Se construye esa condición física para que, cuando vuelva al grupo, no se vea en un déficit y esté en las mejores condiciones. Y luego hay que tratar de que no sufra una recaída, por lo que el objetivo es que vuelva en mejores condiciones realmente de las que tenía cuando se lesionó.

- ¿Se ocupa también de los que no están lesionados?

- Con los que están sanos, soy el responsable de organizar el trabajo preventivo. Con aquellos jugadores que tienen un historial de lesiones, o a los que le encuentras déficits, tratas de implementar algún programa de gimnasio para tratar en la medida de lo posible, que es difícil, que no se vuelva a lesionar.

- ¿Le dan más trabajo las lesiones traumáticas o las que se repiten en tejidos blandos?

- Con las de contacto, en cuanto a la prevención, nada puedes hacer porque es imposible evitarlas. Las de tejidos blandos pueden deberse a multitud de factores. Si tú identificas que hay un déficit entre derecha o izquierda, por ejemplo, puedes tratar de fortalecer ese músculo para que, cuando le exijan en un partido esprintar o cambiar de dirección, sea capaz de soportarlo. El objetivo de la prevención es que el futbolista pueda soportar las exigencias del entrenamiento y la competición. Pero una vez que se lesionan, los llevas igual, junto con el resto de profesionales.

- ¿Cuáles son las fases de esa coordinación?

- En una primera fase interviene el médico, que te da un diagnóstico, y el fisioterapeuta también va a tener un papel importante, por lo que trabajamos en coordinación. Una vez que va avanzando, el lesionado ya solo es mío, y en la última fase me coordino con el preparador físico para transmitirle cuáles son las condiciones de ese jugador y que el paso de estar en la camilla a entrenar normal sea lo más llevadero posible, tratando de minimizar ese puente que hay entre los dos estados.

- ¿Ha sentido el respaldo de Benítez en su trabajo?

- Contamos con un entrenador que tiene confianza y que sabe que, si un jugador no está al cien por cien, aunque esté entrenando, no debe jugar. La filosofía es tener la mayor disponibilidad posible y, aunque no sea al cien por cien, que entrene igual con el equipo, pero son conscientes de ello y regulando muy bien las cargas en una competición muy exigente como es la Championship, en la que se juegan muchos partidos, se evitaron probablemente muchas lesiones.

- ¿Qué le da más satisfacción, el éxito de la prevención o que un lesionado salga adelante?

- Mayor satisfacción personal quizás me da la segunda. Cada vez que tienes un lesionado, es un proyecto que te afecta directamente. Es bonito cuando ves a un jugador que tiene un problema y de alguna manera le ayudas a que vuelva a ejercer su profesión. Un jugador, cuando lo quitas del terreno de juego y sale de esa burbuja futbolística, es una persona más y muy agradecida. A nivel de satisfacción, es una de las cosas más positivas de mi trabajo, porque tratas con una persona con la que pasas más horas que con tu novia. Al final traspasas la barrera que hay entre lo profesional y lo personal. También es cierto que a nivel de importancia y repercusión, con el trabajo preventivo te ahorras mucho impacto en el rendimiento y en lo económico. Con los salarios que tienen, cada semana que un jugador está fuera, es un problema. Si lo podemos evitar, mejor. Con la prevención trabajas con el objetivo de minimizar las lesiones, pero sabes que las va a haber igualmente.

- Para un amateur, ¿debe o no debe hacer estiramientos?

- Probablemente no, a no ser que lo haga de manera adecuada. Incluso a nivel profesional, hay jugadores muy distintos. En el Hull había uno que tenía el récord de partidos jugados en Premier, dos años y medio, y ese chico nunca entraba en el gimnasio. No voy a ser yo el que le cambie su forma de hacer las cosas. Yo no le meto en problemas y él a mí tampoco. Tienes unos jugadores, los vas organizando en grupos de mayor o menor riesgo y, como tienes 25, vas tratando de atender individualmente a cada uno. Por mucho que estés a un nivel profesional, vas priorizando. Hay gente que lleva toda la vida haciendo el estiramiento estático antes de jugar y le va bien, pues déjalo. A alguien que viene de la academia, que está empezando, le aconsejas que no haya que estirar.

- ¿Qué recomendación le hace a un jugador en fase de formación?

- La primera que le daría es que, si disfruta, que siga con ello. Lo hablaba con un entrenador que tuve en Ourense. Hoy en día hay chavales que están más pendientes de las botas o de lo que hacen Cristiano o Messi que de lo que realmente es el juego. Buena parte de culpa de eso la tienen los padres. Van a los campos de fútbol a estar más preocupados de que su chaval juegue o gane a si realmente disfrutó, si está contento o si ha aprendido algo. Para mí, eso es algo que se ha perdido un poco y sobre lo que se debería mejorar. Que el chaval disfrute.

- ¿Cuál es el camino más apropiado para acotar las lesiones?

- Cuidarse un poco, porque estar en una condición física mínima, independientemente del nivel en que estés, te va a ayudar a evitar lesiones y a jugar un mayor número de partidos, que es de lo que se trata. Para eso tampoco hay que hacer grandes cosas. No es que se necesite estar muy fuerte, ni tener un cuerpo atlético. Simplemente, cada uno dentro de sus características, tiene que cuidarse. Y dejarse asesorar. Hoy en día hay muy buenos profesionales y la cultura todavía es, por desgracia, si tengo una lesión, me voy al fisio, que está bien, pero ahí me quedo. No busco a alguien que me diga qué puedo hacer para mejorar mi estado y para que a largo plazo no me lesione tanto. Eso es un readaptador o a nivel más cercano un profesional de la Educación Física que está formado para planificar un entrenamiento y que te pueda ayudar a mejorar en lo que tú necesitas. Es un servicio que alguna gente puede ver caro o que piense que no puede permitirse un entrenador personal, pero si lo ves a largo plazo es una forma de educarte para que realmente estés mejor. Hay una fase aguda en la lesión y vas a un fisio, es algo puntual, pero si no identificas cuál es tu problema te vas a lesionar cada vez más.

- ¿Cuál es el plan del Newcastle para el regreso a la Premier?

- Cuando cambias de equipo vas con la idea de que sea un proyecto a medio o largo plazo y, con la figura que está de entrenador, y por cómo ha cambiado el club, tienes la ilusión de que vaya para arriba. Conseguir el ascenso fue el primer paso y ahora viene lo difícil. En qué condiciones se va a competir y eso depende de las facilidades que tenga el míster para configurar la plantilla. El club cuenta con un gran apoyo, creo que fuimos el octavo estadio de Europa con mayor asistencia media estando en la segunda categoría, y teniendo esa masa social detrás, olvidándote de los seis equipos de arriba, con los que no vas a poder competir, después es una liga igualada en la que puedes ganar y perder contra cualquiera. Conociendo a nuestro entrenador, un competidor nato, vas con la ilusión de que sea un año bonito y que no simplemente haya que sufrir para salvarse.