Los fichajes del portero Pato Guillén y del interior izquierdo Alfredo han estimulado a la afición de la Unión Deportiva Ourense. En las 24 horas posteriores al anuncio de las dos primeras incorporaciones para el proyecto de Preferente, las publicaciones colgadas en la perfil de Facebook del club fueron vistas por más de 9.000 personas. En otras redes sociales también se le tributó una gran bienvenida a los dos primeros refuerzos, que se unen a la renovación de Rubén Durán, otro de los estandartes del proyecto, y a un cuerpo técnico formado por los hermanos Fernando y Nacho Currás, por el primer técnico que tuvo el equipo, Antonio Dacosta, y por el exjugador Toni Álvarez como preparador físico.

Esas son en la primera semana de junio las certezas del cuarto proyecto unionista, puro caviar para muchos aficionados y una nítida declaración de intenciones sobre la ambición del objetivo que se han fijado en O Couto. Muchos han sido los futbolistas que desde 2014 han militado en la UD Ourense que tuvieron vínculos con el club desaparecido, pero el regreso de Pato Guillén refuerza ese vínculo sentimental al convertirse en el primer jugador que perteneció a la última plantilla del Ourense en enrolarse en el club que levantaron una parte de los aficionados rojillos.

Algunos de los que le reprocharon a aquella plantilla la protesta contra los impagos son hoy directivos de la UD Ourense. Solo tres años después vuelven a coincidir en un mismo barco, un síntoma inequívoco de que la herida comienza a cerrarse y quizás pronto el ourensanismo vuelva a estar unido.

Las palabras que el presidente, Modesto García, le dedicó a Pato Guillén en la presentación de su fichaje, el pasado viernes en O Couto, destilaban agradecimiento por el paso dado por el portero y reconocimiento a su huella. "Pasó tres años aquí, con sus problemas al final, pero desde el principio fue un ourensanista -recordó el directivo-. Me acuerdo de su primer entrenamiento, de lo serio y lo profesional que fue. Ofrece compromiso y es un portero de una calidad inmensa para Preferente. Jugaba titular en Segunda B, podría seguir en esa categoría, y por eso le agradecemos que diera el paso". El presidente incidió en le excepcionalidad del fichaje: "Pato estuvo tres años fuera, mientras escalábamos peldaños, y ahora vuelve a su casa. Posiblemente sea el único jugador no nacido en Ourense que vamos a tener, pero él ya es ourensano de corazón y de sentimiento y quiere asentarse aquí. Se identificó con el ourensanismo y está aquí después de irse a Barakaldo, Compostela y Boiro".

Su trayectoria, destacó Modesto García, indica el nivel que tiene como jugador: "Es primordial en la columna vertebral de un equipo de fútbol tener a un muy buen portero y ese requisito está conseguido. Se vino aquí hace seis años para el proyecto de ascenso a Segunda B, cuando estábamos en Tercera, y ahora regresa a Ourense para volver a Tercera. Es un nuevo club, pero sigue siendo el Ourense de siempre y le deseamos mucha suerte para contribuir a colocar este club donde tiene que estar".

Si, como así se está intentando, algún otro de los futbolistas ourensanos que tuvieron que marcharse de O Couto tras la caída del Ourense sigue el camino de Pato Guillén, se estará cumpliendo uno de los anhelos del doctor Manuel Cabaleiro. Impulsor determinado del proyecto unionista tras vivir 35 años ligado al Ourense, Cabaleiro ha señalado en numerosas ocasiones que el equipo unionista recibió el corazón trasplantado del club rojillo antes de que finalizaran sus días en las divisiones nacionales del fútbol. El trasplante se hizo, considera el doctor, porque había una afición detrás y un sentimiento importante del ourensanismo que acompañó en ese momento, sino probablemente el intento se hubiera quedado en nada.