La Unión Deportiva Ourense resolvió con un empate sin goles la visita al Cortegada, en su tediosa recta final de temporada. El reparto de puntos disgustó a los unionistas, que volvieron a verse lastrados por la falta de puntería, y a los locales, que agravaron su situación clasificatoria en el último partido que acoge el Manuel Rodríguez Meijón. Dando por descendidos de Preferente a Verín y Polígono, dos desplazamientos cortos que se pierde la UD Ourense el próximo curso, el Taboadela acompañará a Segunda por el efecto arrastre a Xunqueira y A Manchica, mientras que el Cortegada se queda separado por dos puntos de Francelos y Viana ante la última jornada.

El equipo local lo fió todo al balón parado y a sus centímetros. El central Reinaldo tuvo la más clara con apenas cinco minutos de juego, pero no pudo cabecear un balón de gol con Samuel rendido. La UD Ourense dio la réplica con una volea de Omar que sacó el portero Peri de la escuadra. Poco después tuvo que detener en dos tiempos un disparo de Cristian. La tercera aproximación con peligro llegó en un córner, que Toni no pudo empujar en el segundo palo. El Cortegada dispuso además de una contra lanzada por Catalán, el más incisivo de los locales con Julio, que Cheikh no pudo controlar solo ante Samuel. Todo lo demás, pelotazos y cuerpo a cuerpo.

La UD Ourense cambió las dos alas para la segunda parte. Entraron Fran Martínez y Marcos Sotelo, que a los 59 minutos tuvo la gran ocasión para desnivelar el partido. En un balón a la espalda de la defensa, el unionista se fue por piernas y en el mano a mano remató al poste -Sotelo no pudo acabar el partido tras recibir una patada-. Los locales dejaban espacios y solo tres minutos después Durán le sirvió otro a cara a cara a Xaco en el que se impuso el portero Peri.

El Cortegada se sacudió el susto con otra estrategia. Falta en el carril central que Julio cabecea libre de marca, obligando a Samuel a una gran parada. Julio Martínez despejó el rechace. Los locales intentaban meter todo balón en el área, sostenidos atrás por su portero, providencial en dos acciones de Benji y Fran. A Catalán se le marchó un remate cruzado en el 86, la última para cambiar un feo destino.