Miércoles de nostalgia en un engalanado O Couto. Las semifinales de la Copa de Campeones de juveniles, que enfrentaron ayer en doble sesión a los cuatro mejores equipos de la categoría, fueron un sabroso aperitivo para la final del sábado (12.00 horas) en el mismo escenario. El Real Madrid, que demostró su poder de convocatoria, tratará de destronar al vigente campeón, un Málaga al que tuvo contra las cuerdas el Celta. Con muchos ojeadores infiltrados entre aficionados con colores y neutrales, los finalistas prometen.

El Real Madrid jugará su séptima final de la Copa de Campeones tras derrotar ayer, bajo un sol de justicia, al Villarreal. Los jugadores entrenados por José María Gutiérrez, Guti, tras superar en cuartos al Atlético, no tuvieron la necesidad de apretar el acelerador ni subir tres marchas para pasar como un ciclón sobre los de Javier Calleja.

El técnico del conjunto merengue, desde que se puso el balón en juego, volvió a tocar las teclas adecuadas y ya en el minuto 3 una jugada individual por la derecha le permite a Dani Gómez batir a Josele. El madridista es un bloque en el que destacan por encima de los demás los dos laterales, Zabarte y Fran García, dos centrocampistas de mucha calidad como Toni Robaina y Óscar y, en punta, Alberto Fernández y Dani Gómez, sin que desentonaran el resto de compañeros.

De esta manera, en el minuto 21 de nuevo Dani Gómez de tiro cruzado hacía el segundo gol. La única oportunidad del Villarreal fue en un remate de Iván sacado debajo de los palos por Martín. En el 31 también le fue anulado un gol por un claro de juego de Iván.

No cambió en la segunda parte el dibujo del partido y en el minuto 48 Toni Robaina estrella un balón en el travesaño. Seis minutos más tarde, en una jugada personal, el mismo jugador es objeto de penalti que se encarga de lanzar Óscar y lo para el meta Josele. El Villarreal dominaba sin crear peligro y el cuadro merengue tenía una nueva oportunidad en un disparo de Óscar al que responde el portero.

En el partido que abrió la jornada, un francotirador derribó al Celta. Dos lanzamientos de falta de Escardo en los minutos finales, uno ajustado al palo tras rebasar una barrera rota y otro mordido, que sorteó todas las piernas, frustraron la heroicidad del conjunto céltico, que jugó con uno menos casi toda la segunda parte y acabó el partido con nueve futbolistas. Sufrieron una tercera expulsión los de David de Dios tras el pitido final, entre gestos de impotencia y desolación.

El Celta expuso más en busca del primer gol. Alberto tuvo las dos ocasiones más claras. En la primera se interpuso el portero Kellyan. Superado el ecuador del primer tiempo, volvieron a encontrarse y esta vez ganó el delantero. Su derechazo en el área pequeña acabó en la red tras sacudir el larguero.

El Málaga acabó el primer tiempo sin molestar a Galnares. No tardó en pasar a primer plano el guardameta del Celta. Nada más comenzar la segunda parte, el mediocentro céltico Pedro agarró a Jony cuando entraba en el área y el árbitro se cobró el penalti y la segunda amarilla. Jony quiso para sí el balón y eligió la izquierda, al alcance de la mano del portero.

A pesar de perdonar la primera para el empate, el Málaga era otro. Un remate de alta definición de Alberto acertó con la escuadra para empatar. El Celta sacó el orgullo pero Escardo, con un certero zurdazo, les obligó al más difícil. Gabri condujo un ataque por la derecha acompañado por Ton, que hizo el empate. Todavía tendría otra el céltico, pero el Málaga se puso la camiseta de campeón en vigor y Escardo, ahora con la derecha, hizo insoportable el tormento céltico.