La vida de Álex Mazaira Rodríguez (19-2-1986) cambia de dimensión en tres días. Deja atrás el confort para explorar un nuevo proyecto de vida como empleado de LaLiga en la otra punta del mundo, la ciudad de Lianyungang, en la provincia china de Jiangsu. Su cometido será formar en la materia de fútbol, obligatoria para los escolares chinos desde 2015, a los profesores de Educación Física del colegio que le han asignado. Siguiendo los pasos de otros ourensanos como Cote o Luis Vilachá, Álex Mazaira se une a la caravana hacia una nueva meca del fútbol para enseñar lo que sabe y labrarse una profesión.

"Quieren crear una base para que el día de mañana sean jugadores con un nivel importante. Tenemos una plataforma virtual y seguimos un plan metodológico para formar a esos profesores y a los niños en el fútbol. Les explicaré la metodología que se utiliza aquí en España con el fútbol base y voy a representar a la marca LaLiga en esa ciudad", explica al detalle sobre sus cometidos en los próximos diez meses este polifacético deportista ourensano.

Álex Mazaira se puso sobre la pista china por un conocido de la carrera de Educación Física. "En 2015 -recuerda- me ofreció la posibilidad de irme, pero al final no pude porque estaba luchando en el arbitraje y tenía aquí diferentes proyectos y no era el momento. Quería subir a Segunda B, veía posibilidades de promocionarme y por ese motivo me quedé", indica. Otro amigo, José Luis Iglesias Rodríguez, Cote, con el que compartía las tareas de monitor en el Club Santo Domingo, fue el que finalmente cogió ese tren.

"Seguí atento los pasos de Cote allí, hice entrevistas, pero no me llamaron la atención hasta que salió esta con LaLiga, mediante Hugo Blanco (exgerente del Consello Municipal de Deportes de Ourense y coordinador de proyectos internacionales de la asociación de clubes profesionales desde el verano de 2015)", explica. También se fue informando a través de Luis Vilachá, que estuvo en China el año pasado. "Mediante esas dos personas me enteré de cómo iba el proyecto y del proceso de selección y me apunté", señala.

Entre los requisitos para optar al puesto se exige un nivel medio alto (B1 o B2) de inglés, aunque un asistente y traductor le acompañará en cada paso que dé en China, al menos las primeras semanas; hay que disponer además de una licenciatura y contar con experiencia de al menos cinco años como entrenador UEFA A o UEFA Pro. "Reunía las condiciones -señala-, me hicieron unas entrevistas por Skype, hice un caso práctico y una prueba de idioma. Les gustó mi perfil y me seleccionaron como uno de los 50 entrenadores que van al proyecto", enumera. Cinco de ellos salen de Galicia.

En casa no encontró reparos. "Me animaron, y eso que es muy difícil tomar la decisión porque mi situación era buena aquí. Estaba cómodo en casa, con mi ciudad, mi gente, mis padres, mi novia", indica. El resorte para salir fue la ambición, sus ganas de crecer: "Sumándolo todo era una situación bastante favorable, pero ese era mi límite. De ahí no iba a poder pasar en Ourense y, para crecer, la vía de China, con los medios económicos que tienen, es una oportunidad para dar el salto y, a lo mejor, vivir de forma profesional del fútbol". Porque el chino no es su último horizonte, aclara: "Quién te dice que el año que viene no puedas irte a otros proyectos que tiene la liga por el mundo. Si hago un buen papel, quizás pueda irme a otros sitios próximamente. Más que esta opción inicial, lo que me llama son las posibilidades de futuro que le veo y mis ganas de crecer. Soy muy inquieto", asegura con una sonrisa de oreja a oreja.

Algunos de sus compañeros en este proyecto ya están en China y a él le espera el martes de la próxima semana un viaje de 30 horas de duración, con cuatro vuelos antes de aterrizar en Lianyungang. A Álex Mazaira le impone cierto respeto el choque de culturas. "Al llegar te está esperando el asistente y traductor. Al no ser una gran ciudad como Shanghái o Pekín, el cambio cultural es grandísimo y tienes que tener a una persona a tu lado porque el inglés lo habla muy poca gente y las primeras semanas lo tendré conmigo para todos los trámites, como hacerme una cuenta en el banco y todo eso".

Asegura que ha tomado buena nota de los consejos de Cote o Vilachá, pero tiene claro que hasta vivirlo en primera persona no se hará una idea exacta de dónde se ha metido: "Por mucho que te digan. el cambio es enorme, pero voy muy motivado, con mucha ilusión y con ganas de hacer las cosas bien. A partir de ahí, dentro de diez meses ya se verá a dónde pude llegar y lo que pude conseguir".

La faceta arbitral la da por aparcada. "Depende de lo que pase en estos diez meses. Si me vuelvo para Ourense, o si todo va bien y el proyecto de LaLiga con el Ministerio de China continua o si se presentan otros proyectos. Me gustaría probar otras experiencias, más cercanas y vivir de esta profesión, pero a ver qué pasa".

El arbitraje sedujo a Álex Mazaira durante el Erasmus que realizó en Italia, en el año 2008. Hizo el curso de acceso en Milán, despuntó con rapidez y, por edad, ya no puede ir más allá de Tercera División. Este domingo cuelga el silbato en un duelo de históricos, el Compostela-Arosa, en el estadio de San Lázaro, donde estará asistido por José Daniel Rodicio y por Reny Mazaira, su hermano.