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Un ourensanista con el cascarón roto

El central Diego Pousa agradece la oportunidad de jugar su primer partido en el campo de O Couto, donde de niño animaba al Ourense - "Al principio estaba algo nervioso, pero es una gran experiencia", afirma

El unionista Pousa, entre Hugo y Aitor, se dispone a cabecear un balón colgado. // Iñaki Osorio

Diego Pousa trae la marca ourensanista de fábrica. No garantiza nada en el fútbol, pero los días señalados se viven con más emoción. El central de Cea (29-4-1999) jugó el domingo su primer partido en el estadio de O Couto, ocho años después de llegar a la cantera del Ourense. "Es una gran experiencia", asegura para expresar una sensación comparable a pocas para un futbolista en su etapa de aprendiz.

Completó los 90 minutos en el centro de la zaga de la Unión Deportiva Ourense, a la que pertenece desde hace dos años, tras un breve paréntesis entre la desaparición de uno y la fundación del otro. Su sitio está en el equipo juvenil que milita en la liga provincial, aunque es un habitual en los entrenamientos de la primera plantilla. La pasada temporada ya tuvo minutos en Segunda Autonómica, pero faltaba el bautismo de O Couto.

En casa le transmitieron el ourensanismo desde que se puso las botas. "Mi padre siempre tiró por el Ourense, desde pequeño", recuerda. Se turna con su hermana para traerle y llevarle a cada entrenamiento, a todos los partidos. El domingo la familia se reunió en la tribuna, con orgullo y los dedos cruzados. "Fueron todos. Mi padre me estuvo dando consejos antes. Me dijo que tuviera cuidado con esos balones por alto y justo fui a fallar ahí", se ríe Pousa antes de defender con énfasis su competencia por alto. "No suelo fallar de cabeza. Este año llevo cinco goles y el anterior marqué ocho", puntualiza.

"Al principio estaba algo nervioso -añade sobre su estreno en el estadio-. Era una experiencia nueva para mí jugar con tanta gente, pero se agradece mucho que vayan a ver al equipo. Cometí un par de errores, me comí algo la cabeza, pero después ya fue todo bien. Jugar en el Couto era como me imaginaba". Tenía órdenes concisas del entrenador, un Antonio Dacosta que debutó a su misma edad en el Ourense. "Me dijo que jugara fácil, que no me complicara y que hiciera lo que sabía. Todos los compañeros me animaron, sobre todo Tito Currás", explica. Le llegó un aliento extra de su compañero en el eje defensivo, el más veterano de la plantilla: "Me dijo que estuviera tranquilo, que él estaba allí".

Por poco marca en una de sus incorporaciones por estrategia: "No esperaba el balón. Pensé que lo iba a despejar el defensa y, cuando la tuve encima, ya era tarde para meter el pie", recuerda sobre lo que pudo ser un debut redondo. Le felicitaron igual al acabar, aunque Ramón Dacosta, su entrenador el año pasado, le refrescó los fallos. Ganar el partido ayudó. "El objetivo es ascender y se va a lograr, pero creo que tenemos que apretar más", reconoce autocrítico tras otra victoria de las que dejan indiferente.

Puestos a pedir, Diego Pousa confía en que no haya sido su último partido: "Espero que no, aunque tendré que trabajar mucho". Le gustaría jugar como unionista en Preferente, aunque pintan bastos para los canteranos de la provincia con los clubes de referencia captando refuerzos fuera. "Les pediría que confíen más en los jugadores de aquí, que no hay necesidad de traer tantos", ruega. El defensa agradece el trato que reciben en la UD Ourense: "Esto es un club y otros son una empresa. No sienten el fútbol, priman las amistades o los padres y pasan cosas raras".

La desaparición del Ourense, al que le cogió cariño desde pequeño en los encuentros que le vio en Segunda B y Tercera, fue "un golpe", reconoce. Con la caída del equipo rojillo en el verano de 2014 se esfumaron las expectativas para sus promesas. "Tenía muchos amigos y se fueron repartiendo por otros equipos. Si no hubiera vuelto a la UD, hoy no habría jugado en el Couto", se alegra.

A Diego Pousa le queda un año más como juvenil. Y en ese equipo que entrena ahora Fernando Currás tiene depositadas también las esperanzas de darse una satisfacción en lo que falta de campaña. "Llevábamos una buena racha, pero perdimos el último partido. El objetivo es meterse en la fase de ascenso a Gallega. No será fácil, pero quedan muchos partidos", calcula.

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