La Unión Deportiva Ourense se distancia en cuatro puntos del primer puesto tras encajar ayer su tercera derrota en la liga, convirtiendo al Allariz en el primer equipo que le gana a la ida y a la vuelta. Y lo hizo calcando el método más simple, con firmeza atrás y contundencia arriba. El rival no regaló nada y los dos goles que marcaron los unionistas no bastaron para equilibrar los deslices en área propia y la escasa claridad de ideas para esquivar la telaraña.

Comenzó dominador el conjunto de Antonio Dacosta, monopolizando la posesión ante un Allariz agazapado. Sesión de hipnosis fallida. Se sentía tan cómoda la UD Ourense que se olvidó de retroceder en la primera contra que se le presentó a los locales. Robo, dos contra dos de Iker y Julen contra los centrales y remate a placer en el área para abrir el marcador. A la media hora, Xaco no llegó en el segundo palo en la única opción unionista antes del descanso.

Solo corrieron cuatro minutos de la segunda parte antes del empate. Cristian entró por la izquierda y Hugo cabeceó a la red. Ni así la UD Ourense transmitió fiabilidad. Dacosta refrescó el ataque con Unai en banda y Adrián como segundo punta, cayendo Durán a la derecha. El técnico del Allariz tiró de Juan Gallego para canalizar las contras y protegió su carril derecho con Villa, aunque lo que le dio mejor resultado fue el balón parado.

Diez minutos después de recibir el empate, los verdinegros recuperaban la delantera exprimiendo una falta lateral que nadie despejó hasta que le llegó a Paco. En otro centro lateral con salida defectuosa del portero Samuel se le escurrió el partido a los unionistas. Marcos Sotelo estrelló en el larguero una falta desde la derecha, casi desde el minuto punto desde el que Durán puso otro balón parado que Julio Martínez dirigió con el cuerpo a la red. Quedaban ocho minutos para la heroica, pero el portero Fran sacó sin agobios todo el trabajo que le plantearon los unionistas.

El Allariz no incurrió en errores de cálculo y consiguió, ante el rival más difícil sobre el papel, cortar una racha de siete jornadas sin ganar. El apetito ayer era dispar. Como ante el Ribeiro, la UD Ourense patinó en un campo donde se juega sin rodeos y no hay indulgencia para los deslices. En esos ásperos terrenos se ganan los puntos que hacen a un equipo campeón.