El exguardameta del Ourense Manu Taranilla vuelve a la competición para defender la portería del Bande, líder del grupo 4 de Primera Autonómica y aventajado aspirante al ascenso a Preferente, la categoría donde se retiró como jugador del Barco. Estaba en prealerta desde las pasadas navidades. Su cuñado, el entrenador del conjunto blanquivioleta, Iván González, lo deslizó en la cena de Nochevieja.

"Estábamos cenando en León, con mis padres, y me dice que no sabe si tendremos que ponernos otra vez los guantes", recuerda Taranilla. "Si tú me lo pides, te echo una mano", respondió, devolviendo el guante sin calcular lo cerca que estaba de reaparecer en los terrenos de juego. "El pasado jueves me llama y me dice que no es broma. Que Suso tiene problemas de espalda y que Piollo se ha lesionado. A ver cómo le digo a este que no y ahí vamos", revela Taranilla.

Al meta leonés, que en mayo cumple 38 años, le tentaron en repetidas ocasiones desde que decidió abandonar, pero siempre dio un no por respuesta. "Lo dejé demasiado pronto -recapacita- por temas personales y por querer estar más tiempo con mi hija. Terminé en el Barco por Iván, después me llamaron el Astorga, el Ourense y Cembranos cuando la Cultural subió a Segunda B, pero estaba cerrado en banda y no tenía ganas".

Taranilla reconoce que las llamadas desde O Couto le hicieron pensárselo. "Hubo la oportunidad de volver con Romero y con Patxi Salinas, el año que llegó Pato. Ahí dudé en seguir jugando, porque es de esos equipos que te marca por el tratamiento que recibes de todo el mundo, pero dije que no".

El leonés lamenta la suerte que corrió el club rojillo: "Es una pena muy grande. Unos cuantos hicimos todo lo posible para que no desapareciera, perdonando dinero o cobrando dos años después". También está al corriente de los pasos que se han dado tras la desaparición del Ourense. "Me cerré en banda a jugar, pero me sigue gustando el fútbol. Sigo lo que está pasando. Sé que están Dacosta y Currás y ojalá asciendan los dos, el Bande y la UD Ourense, si tiene que ser el equipo referente por la masa social que tiene". Taranilla recurre a un ejemplo cercano para transmitir ilusión a los ourensanistas tras perder a su club en 2014: "Fíjate en la Cultural. Una ciudad con 130.000 habitantes no pasaba de 1.500 o 2.000 socios y ahora van muchos al campo. Como le ofrezcas algo, la gente va".

Tiene un negocio de software para inversión en bolsa y, tras más de una década en la carretera, se inclinó por pasar más tiempo con su hija, pero Taranilla también buscó entretenimiento en el fútbol sala tras dejar de ser profesional. Al regreso, el pasado año, a su ciudad natal, se adentró en el fútbol veterano. "Hicimos una asociación en León y estamos muy contentos. Somos casi 40 y juego en el Puente Castro", detalla.

Hasta que el Bande y su cuñado llamaron a su puerta. "Son nueve kilos y muchos años más. Que no se piensen que van a ver al Taranilla de O Couto". bromea. El portero se muestra encantado con el trato del presidente, José Antonio Armada, y con la posibilidad de pasarse algún fin de semana en Ourense mientras no se recuperen los otros porteros. Iván ya le ha advertido, eso sí, que no pueden fallar: "Quiere ascender al equipo y coger una buena inercia para el año".