El Sala Ourense sufrió para recuperar el liderato (2-1) ante un rival, el Talleres ABC IES Coruxo, que utilizó sus armas para intentar contrarrestar y entorpecer la fluidez del juego local. Los primeros minutos fueron de alternativas. El dominio del juego y del balón eran locales y el equipo visitante intentaba sorprender a la contra con balones directos. Y aunque las ocasiones se repartieron, el que se adelantó en fue el Coruxo en el minuto 16, quizás en la única ocasión elaborada. Con el 0-1 se llegó al descanso.

La segunda parte fue una lucha entre dos equipos muy distintos en la forma de entender el fútbol sala. El Sala Ourense intentaba tener el balón para construir y generar ocasiones y el rival utilizaba envíos largos y colgados sobre el área local para sacar algo de provecho. En esa lucha estaban cuando un jugador visitante interceptó con la mano un balón en el área. El penalti fue transformado por Guerra.

Ese gol espoleó a los locales, que se lanzaron a tumba abierta sobre al portería rival. Las ocasiones se fueron sucediendo. Solo los palos y el portero impedían que el marcador hiciera justicia. El Coruxo insistía en balones largos que apenas inquietaban a los ourensanos, mientras sufría las constantes acometidas de los de Kike García.

Como el fútbol sala es un deporte caprichoso a veces, en el minuto 36 se produce la expulsión de Tizón. En esos dos minutos de inferioridad, el Sala Ourense demostró que quería ganar el partido, sacó el orgullo y aguantó sin encajar ningún gol. Quedaban otros dos minutos y, en igualdad, el Sala Ourense volvía a la carga. A medio minuto apareció la ocasión definitiva, un doble penalti. Kike García apuesta por un jugador que no había participado en la segunda parte y Rodri, con gran sangre fría, anotó el gol del triunfo.