El Ourense Envialia impuso la ley del más fuerte ante el vecino Cidade das Burgas. Son equipos transparentes. Se saben al detalle, sus fortalezas y debilidades. Ayer las de José Carlos Martín, Chipi, exprimieron a las de Manolo Codeso. Sólidas en defensa, afiladas en la estrategia y con las ideas muy claras. Nada de indulgencia con un conjunto verdiblanco combativo, pero con el resto de los recursos mucho más limitados. El Cidade das Burgas está en crecimiento. El Ourense Envialia está crecido.

El gol no se hizo esperar en el primer derbi de la temporada. Cayeron tres en los seis minutos iniciales. El Cidade das Burgas no tuvo tiempo para administrar su madrugadora ventaja, tras un robo en media pista que Iria convirtió con un disparo raso ajustado al palo. El Envialia replicó con la pizarra. Dos estrategias resueltas por Sara Moreno e Iria, contra su voluntad, le dieron un giro al partido muy favorable para los intereses del conjunto de Chipi. Suya fue la primera parte. Presión ajustada e implacable, dominio de la situación y la red entre ceja y ceja cuando se presentaban en el área. Les faltó puntería para agrandar la herida. La portera Ana sostuvo a las verdiblancas en el trepidante inicio. Cuando el partido se estabilizó, el Cidade das Burgas cometió el pecado de la precipitación en sus intentos por construir y molestar a la portera rival. Quedaron sometidas al riesgo de las contras, aunque con los minutos se redujo el caudal de ocasiones. Estuvo más cerca el tercero que el empate hasta que se llegó al descanso.

El Envialia siguió moviendo los hilos en la segunda parte. No concedió ocasiones con su preciso mecanismo defensivo. Y siempre quedaba Vanesa como último valladar. En el 26, Spi y Antía perdonaron en una contra salvada por Ana. Se le estaban acabando las vidas al Cidade das Burgas, al que no se le puede reprochar descreimiento ante el muro contra el que chocaban. No es agradable sentir al acecho a un rival sediento. En cuanto cometieron deslices en la circulación, las verdiblancas perdieron el partido. Dos contras colocaron una renta insalvable en el marcador y Bea cerró un derbi desigual.