El Barbadás encajó el pasado domingo en el García Calvo de Negreira su segunda derrota en las diez primeras jornadas. Su entrenador, Miki López, considera que el tropiezo merece objeciones. "Lo más justo, por ocasiones claras de gol, hubiese sido un empate. La primera parte de ellos, la segunda para nosotros y nada más. Hubo un par de buenas oportunidades para cada uno, quitando el 2-0 cuando ya nos fuimos a por el empate con todo y nos quedamos atrás sin nadie", explica el técnico.

La diferencia estuvo en la finalización y en el guardameta local Mario: "La primera que tuvieron ellos la metieron, la otra se fue al palo y en la segunda parte no tuvieron ninguna. Nosotros tuvimos un tiro de Bruno, con una buena parada, y ya en el 85 un uno para uno de Geno que sacó el portero, que fue su mejor jugador. Chiño estuvo bien en ataque, pero el portero fue decisivo".

El 2-0 fue excesivo castigo porque puede complicar el coeficiente particular de goles ante un probable rival directo por la permanencia, pero Miki López destaca que el Barbadás fue ambicioso y supo sobreponerse a los contratiempos que diezmaron el plantel. "Íbamos con bastante bajas y Pablo, por ejemplo, tuvo que jugar de mediocentro defensivo, que no es su posición. Competimos muy bien, pero algo se nota que juegue gente fuera de posición, aunque no es excusa", afirmó el entrenador.

El Barbadás afronta ahora dos duelos complicados en Vilalba y contra el Deportivo B en Os Carrís. Miki López se muestra tranquilo porque, por encima del resultado, su equipo dará guerra. "Todos los partidos son difíciles. Vino el Cerceda y le ganamos y ahora tenemos a dos rivales que están en promoción. Lo bueno de estos diez primeros partidos es que en todos competimos y eso, para un Barbadás que ha tenido tantos cambios y con una plantilla tan joven es para tener muy en cuenta", concluyó.