A diferencia de la pasada temporada en que, a estas alturas de competición, el Celta competía con el Real Madrid por el liderazgo goleador de la Liga, el grupo de Berizzo está pagando este curso una elevada factura por su falta de puntería. La ausencia de gol es seguramente la principal causa (aunque no la única) del deficitario arranque del conjunto celeste, colista de Primera División sin haber sumando un solo punto después de haberse jugado ya tres partidos.

Al margen de la doble cara que ha ofrecido el equipo, que fue capaz de plantar cara al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y dominar durante un tiempo al Atlético en Balaídos en dos partidos de la máxima dificultad, lo cierto es que, al menos de momento, el juego del Celta ha perdido fluidez y pegada. No solo marca muchos menos goles, sino que también genera menor peligro frente al marco rival.

El pasado curso, sin ir más, lejos el equipo vigués multiplicaba por ocho su actual balance goleador liguero, que se limita a un único tanto, conseguido por Fabián Orellana en Chamartín.

Hace un año, los celestes sumaban 8: 3 Nolito, 2 Orellana, 1 Aspas, 1 Wass y 1 Fontás y eran los segundos máximos goleadores del campeonato, solo superados por el Madrid, que lideraba el gol en la Liga con 11 tantos. Y en la jornada quinta, el equipo de Berizzo presumía de ser el máximo goleador del campeonato (15 tantos), uno más que el Madrid, y superaba en 3 al Villarreal y en 4 al Barcelona. Nolito y Aspas sumaban entre ambos 9 goles (5 el sanluqueño y 4 el moañés) en igualada competencia con los mejores artilleros del campeonato.

La ausencia de Nolito se deja sentir pero la venta de la estrella celeste al Manchester City no es la única causa que explica el déficit goleador celeste en estas primeras jornadas. En el último partido se ha dejado sentir también la baja de Orellana (lesionado) y también el caudal de peligro que generaba la complicidad entre ambos y Aspas, que se ha quedado sin socios.

Hay que considerar también que la apuesta del Celta para cubrir el evidente vacío que ha dejado el sanluqueño todavía no funciona a pleno rendimiento.

La dirección deportiva que desde junio pasado encabeza Felipe Miñambres ha contratado a tres atacantes para intentar paliar la ausencia del extremo del City, de momento sin demasiado éxito. Ante la imposibilidad de encontrar otro Nolito a un precio que el Celta pudiese hacer frente, el club ha apostado por dos jóvenes valores de apenas 21 años, Pione Sisto y José Naranjo, ambos sin experiencia en la máxima categoría española. El onubense conoce la Liga pero llega de Segunda División, mientras que el danés cuenta con experiencia internacional y en la Primera División danesa pero necesita un periodo de adaptación a al fútbol y todavía le va a llevar algún tiempo alcanzar su mejor rendimiento.

La tercera apuesta del club, el italiano Guiseppe Rossi, es harina de otro costal. A sus 29 años, el transalpino dispone de una amplia experiencia en grandes ligas y conoce a la perfección el campeonato español después de haber militado durante tres exitosas temporadas en el Villarreal y seis meses el pasado curso en el Levante.

En solo 112 minutos sobre el campo y un partido como titular, el jugado el pasado jueves en el estadio Maurice Dufrasne contra el Standard de Lieja en la UEFA Europa League, Rossi ha demostrado que su olfato goleador permanece intacto y ha disipado buena parte de las dudas -de junio a enero pasado ya disputó 17 encuentros con el Levante en los que anotó 6 goles y proporcionó 2 asistencias al conjunto granota-, que había sobre su condición física después de haber sufrido hasta tres lesiones de suma gravedad.

El problema es que la posición ideal del italiano es la de nueve, la misma que ocupan Aspas y Guidetti, lo que obliga a Berizzo a buscar soluciones para conjuntar su ataque y sacar el mayor provecho de sus tres delanteros natos. Es seguramente el mayor reto al que se enfrenta en este momento. Por ahora, el técnico céltico "imagina" al italiano como media punta, aunque intercambiándose la posición con el moañés.