La Vuelta a España abandonó ayer la provincia de Ourense dejando un recuerdo imborrable, arrastrando masas, y con el mercurio a la misma altura del día de su presentación. El pelotón entró por Arnoia, en el corazón de O Ribeiro, para su desfile inaugural bajo un sol inclemente y se fue por A Gudiña hacia nuevos horizontes. Mucho calor ambiental y humano rodearon la partida, porque Maceda, villa ciclista por excelencia, le dio ayer la despedida a la carrera que había arrancado el día 20 en Laias (Cenlle) con una contrarreloj por equipos resuelta en el Parque Náutico de Castrelo de Miño, ambas localizaciones termales.

La segunda salió de la ciudad de Ourense, la capital termal de Galicia; la sexta tuvo su llegada en Luintra, en plena Ribeira Sacra, y la séptima eligió como punto de origen Maceda. En total, cuatro etapas ourensanas con enorme impacto mediático y promocional en los cinco continentes.

De los 73 concellos gallegos por lo que pasó la carrera, los ourensanos pudieron disfrutarla de cerca en Cenlle, Castrelo de Miño, Ribadavia, Ourense, A Arnoia, Melón, Castro Caldelas, Parada de Sil, Nogueira de Ramuín, Maceda, Baños de Molgas, Xunqueira de Ambía, Allariz, Sandiás, Xinzo de Limia, Trasmiras, Cualedro, Monterrei, Verín, Riós y A Gudiña.

La organización de la Vuelta a España no pasó por alto los méritos del club ciclista macedano y de su escuela, bautizada con el nombre del histórico biker José Antonio Hermida, de la que han salido promesas que ya son campeones nacionales e internacionales. Los pequeños corredores compartieron protagonismo con sus ídolos en la línea de salida, en un día calificado como histórico por los responsables de esta fértil cantera ciclista. "Maceda é ciclismo" rezaba la pancarta que le daba la bienvenida a la ronda española.

Los ciclistas recibieron el cariño de centenares de aficionados que a pie de asfalto cazaron autógrafos y recuerdos fotográficos antes de dejarles partir hacia las comarcas de A Limia y Monterrei, donde también se poblaron las aceras y los arcenes de espectadores y aplausos. Poco antes de las cinco de la tarde, la Vuelta cruzó la frontera provincial. Tardará en marcharse de la memoria.

Críticas socialistas

La carrera no fue ajena a la controversia política. El grupo socialista en la Diputación Provincial lamentó ayer en un comunicado que el paso de la carrera por la Ribeira Sacra no contase con tomas aéreas. "A pesar del esfuerzo del Partido Popular por vendernos el logro del paso de la prueba ciclista por nuestra provincia -indicaron los socialistas-, las cámaras de RTVE no recogieron imágenes del entorno, espectacular, por el que pasó".

Para el primer grupo de la oposición en la Diputación "solo cabe pensar que lo que, desde el PP, se vendió como un hito histórico que ponía en valor el patrimonio natural y monumental, no fue más que una de sus múltiples tentativas para hacer autopromoción y publicidad de partido".