La mayoría de los interrogantes están abiertos en el Club Ourense Baloncesto, pero al menos ya está sobre la mesa el boceto de los futuribles para la plantilla de jugadores de la temporada 2016-2017. Será la cuarta consecutiva de Gonzalo García de Vitoria en el banquillo del Pazo Paco Paz, que ya mantiene contactos con agentes y jugadores para avanzar en una planificación difícil. El bilbaíno no ha tenido un agosto tranquilo desde que recaló en el conjunto cobista, y el cuarta no será la excepción.
Está pendiente el relevo al frente del consejo de administración tras la anunciada salida de Antonio Gavilanes, el presidente que contrató a García de Vitoria en 2013, y sobre todo queda por definir el presupuesto. Con el esbozo que le ha proporcionado lo que queda del consejo de administración se está confeccionando la lista de primeras opciones. En cuanto la directiva se reagrupe, será necesario un esfuerzo para aumentar las partidas previstas para la contratación de jugadores. El COB arriesgará en los fichajes, pero se trata de reducir el riesgo de la apuesta.
Antes de ponerse manos a la obra, Gonzalo García de Vitoria tuvo que negociar las cantidades y la duración de su cuarto contrato en Ourense debido a ese presupuesto a la baja que ha calculado la directiva atendiendo a la caída de ingresos que se intuye como consecuencia del mazazo anímico que supuso la renuncia a la ACB y los problemas con la subvención municipal. El escollo entre técnico y consejo de administración quedó salvado y, a falta de la firma, el técnico bilbaíno trabaja mano a mano con la gerencia para avanzar en la confección de la plantilla.
Casi todos los referentes del equipo que la pasada temporada se metió en el play off de ascenso a la ACB han encontrado acomodo en las primeras semanas de un mercado en el que solo el COB y el Breogán no han entrado todavía, lastrados por su inestabilidad institucionales, pero uno de los grandes avales de García de Vitoria ha sido su ojo en las contrataciones en las peores condiciones de tiempo y dinero. Ahora tiene ante sí un más difícil todavía por ese ajuste presupuestario. El entrenador vasco tendrá que buscar hasta un nuevo preparador físico tras la salida de Rubén Vieira con destino a la ACB de la mano del Obradoiro.
