Ourense disfrutará la próxima temporada de un equipo en la División de Honor B de rugby. El Campus Coosur derrochó autoridad para ratificar en el campo de Recalde la victoria por 28 puntos lograda en la ida ante el Universitario de Bilbao. La fase de ascenso se coronó ayer impecable con un nuevo triunfo para los de David Monreal por 48-21 que les abre la puerta de una categoría que compartirán con dos vecinos, el Vigo y el CRAT.

En la expedición ourensana reinaba la euforia por la consecución del ascenso. Aunque se sabían superiores, la semana fue tensa. La salida en tromba ayudó a distender los ánimos. A los siete minutos llegó el primer ensayo de Neil Walsh y, apenas superado el ecuador del período inicial, ya habían posado el balón en la zona de marca Abraham, Andy Williams y Justin. Una transformación del neozelandés colocó el marcador 22-0. El ascenso ya no se escapaba.

Los bilbaínos se vinieron abajo tras el cuarto try, aunque aprovecharon ese rato de solaz del Campus y fases de delantera para puntuar. No tuvieron opciones de remontada y se pasaron la mayor parte del partido en cometidos defensivos, muy por debajo en la posesión. Al descanso, el conjunto ourensano doblaba en el marcador al anfitrión, que había sido el verdugo en semifinales del subcampeón gallego, el Rugby Ferrol. Jason y el certero golpeo de Andy entre palos llevaron el 14-29 al marcador.

David Monreal, nombre propio del éxito de este proyecto, firmó el sexto ensayo nada más reanudarse el partido. Justin y Fer redondearían el tanteo que vale un ascenso recibido con júbilo por el equipo y los aficionados desplazados a la capital vizcaína. Tras dos años de duro trabajo, el Campus lograba el objetivo fijado.

El nuevo horizonte

Todos sus componentes, patrocinadores y simpatizantes estarán estos días de celebración, pero el pistoletazo para el desembarco en la segunda categoría nacional del rugby ya se ha dado. El club tiene mucho trabajo en las fases de formación y también deberá captar jugadores para la División de Honor B porque con poco más que una veintena de efectivos la apuesta estará condenada al fracaso.

Aficionados, empresa y comercio y las instituciones también deben aumentar el esfuerzo para hacerlo lo mejor posible en una categoría exigente. Las bases son firmes, un bloque con la mejor actitud, con una camaradería sin fisuras y un entrenador que ha sabido canalizar a jugadores implicados e incondicionales con el equipo y con el compañero. Los veteranos del rugby ourensano disfrutarán, más si cabe que los jóvenes, el éxito y la oportunidad que se les presenta.