Fernando Currás expuso los motivos que le llevaron a plantear la escuela de iniciación, tras declararse unionista de corazón una vez más. "Uno tiene que hacer aquello en lo que cree y la complicidad y la implicación con la UD Ourense son de serie, no tienen nada que agradecerme porque se hace encantado y con orgullo". Tras echar una mirada en esta última media temporada en casa, a las categorías inferiores, el técnico quiso darle "muchísimo valor" a lo que se hizo en un club que partía de cero. "Solo echo en falta algo que creo que es muy positivo tanto para un club como para el niño, el jugador y la persona. Eso es lo más importante, la mayor riqueza". Currás entiende que "es básico adelantar la entrada del niño en el club, en el deporte, y en un contexto de equipos, en unos hábitos de entrenamiento". Considera que hay muchas carencias "que se pueden ir corrigiendo y poco más hace falta que querer y saber que tenemos entre manos algo súper enriquecedor que son criaturas de cuatro a seis años". Currás considera que entre los más pequeños se está perdiendo agilidad y coordinación, "ese futbolista salvaje que había" y que a medida que crece aumentan los problemas: "Cuando ya nos metemos en benjamines, somos demasiado torpes y les encasillamos en un mundo de competición con el que a lo mejor les estamos saturando". Su propuesta busca el premio a largo plazo: "Reeducar antes tanto a los niños como a los padres es muy beneficioso y es una responsabilidad maravillosa que tenemos que aceptar. Tenemos que comprometernos con ellos y estoy seguro de que esto va a quedar para siempre, esté quien esté en el club. Lo más importante es que las personas que se encarguen de estar día a día con esos niños y con esos padres los vayan introduciendo en temas motrices, en familiarizarlos a través de un balón con detalles técnicos muy básicos y sobre todo crearles unos hábitos de educación deportiva no solo a ellos sino a las familias que los traigan y que poco a poco se haga una marca diferencial". Currás promete dedicarle todo el esfuerzo "a que la gente que empiece con nosotros se vaya satisfecha cada día y, si se consiguen esos pasos, las emociones y el trabajo se contagian. No hay por qué esperar al simple resultado de ascender o a tener un número grande de jugadores y sí atender más a la calidad en el trabajo".
