Unai Gómez considera que el peaje por su larga inactividad debido a una lesión en el húmero está acabando: "Estar parado cinco o seis meses pasa factura. Ahora llevo algo más de un mes jugando y sabes que no vas a estar como antes de una lesión grave, que hace falta tiempo y sobre todo minutos de partido, porque no es lo mismo entrenar que jugar. En los entrenamientos me veía cómodo, pero a la hora de jugar en un campo tan grande como el Couto que, cuando llueve, se pone tan pesado, es mucho más complicado. Espero que en tres semanas, o como máximo en un mes, pueda estar a tope", afirma un jugador nada propenso a las lesiones musculares a lo largo de su carrera. Unai espera confirmar ese crecimiento este domingo ante el Atlético Velle: "El campo nos favorece porque es sintético y tiene unas dimensiones grandes. Vi el amistoso del verano y no es una ratonera. Podemos tocar, aunque ellos están abajo y van a salir a morder. No nos lo pondrán fácil, pero si tenemos el día es complicado que nos ganen".