- ¿Qué hace que permanezca cinco temporadas en un mismo equipo?

- La verdad es que siempre me he encontrado muy cómodo aquí y me he sentido muy apreciado, tanto dentro como fuera de la pista desde el inicio. Siempre me han tratado muy bien, me han dado todas las facilidades y han cumplido con todo lo acordado. Es algo que no se ve muy habitualmente en Italia, donde el fútbol sala no está considerado como deporte profesional. Por tanto, da lugar a muchas situaciones difíciles, sobre todo para los jugadores extranjeros. Entonces, para qué cambiar.

- ¿Cómo es su club en el ámbito deportivo?

- El club ha cambiado bastante desde que llegué por primera vez. Antes era más humilde y familiar, pero siempre con ambición, dentro de las posibilidades. Ya hace un par de temporadas, está en una fusión con un club de fútbol muy importante en la zona y el proyecto ha crecido y sigue creciendo en todos los aspectos, desde la cantera hasta el aspecto social.

- ¿Tiene alguna ocupación al margen de jugar al fútbol sala?

- La verdad es que siempre he intentado no dejar de lado mi formación en varios campos, tanto relacionados con el deporte como con otros ámbitos porque es necesario siempre estar preparados. Llevo tres años trabajando en la escuela de fútbol de la sociedad con la que mi club finalmente se ha fusionado, que se llama Alto Vicentino. Es una escuela oficial del Inter de Milán y está muy bien organizada y cuenta con muchos medios. Hay formación para nosotros supervisada siempre por la dirección técnica del Inter, que como entrenador y formador ayuda a mejorar mucho y a crecer personalmente.

- ¿Qué planes de futuro tiene?

- La verdad es que me lo estoy planteando, porque ya son cinco temporadas aquí y casi 18 años desde que me fui de casa por primera vez para jugar al fútbol sala, por lo que también es cierto que tengo ganas de plantearme nuevos retos.

- ¿Cómo disfruta del tiempo libre?

- Lo dedico al gimnasio, que me sienta bien y me energiza física y mentalmente el estar activo, aún en los días libres juego con los amigos al tenis, al padel. Me siento muy bien cuando hago deporte. También soy bastante casero y me encanta ver películas, series o documentales. Y por supuesto también tengo vida social, ir al cine, a eventos deportivos y a ver jugar a mi hermano cuando tengo ocasión, tomar algo con los amigos. Cosas normales al fin y al cabo.

- ¿Extraña no jugar en España tras tanto tiempo fuera?

- Si te digo la verdad, sí, bastante. Al final todo el mundo está a gusto en casa, que es a lo que estás más habituado. Aparte de que el juego en sí es bastante diferente aquí en Italia.

- ¿Le sorprende que el fútbol sala masculino en Ourense no esté en una categoría más alta?

- Pues mira, es cierto que siempre fue una ciudad importante en el fútbol sala español, pero creo que la falta de recursos hace mella hoy en día en todos los lados y Ourense no es una excepción. Parece que hay proyectos en marcha intentando devolverle a la ciudad el sitio que le corresponde a nivel del fútbol sala masculino, ya que en el femenino estamos en lo más alto. Pero si duda es un camino largo de recorrer, en el que hay que trabajar mucho y hacer las cosas muy bien para que florezca algo, al margen de contar con apoyos necesarios, claro está.

- ¿Qué recuerdo tiene de los que fueron sus entrenadores?

- Suelo quedarme solo con los recuerdos positivos, los que me hacen superarme, por lo que de todos los entrenadores que he tenido he aprendido cosas y me han ayudado a crecer y a mejorar, ya no solo dentro del campo deportivamente si no también fuera de él, dentro de unos valores que hoy en día a veces se dejan de lado.

- Uno de ellos fue su padre.

- Lo más anecdótico fue cuando tuve una oferta del club donde entrenaba mi padre, el Ourense Fútbol Sala, y pensé cómo podría ser la aventura. Fue muy positivo porque estuve jugando en el equipo de mi ciudad durante cuatro temporadas y me marcaron en el sentido de que la gente lo aceptó de buen grado, tanto la afición como mis compañeros. Lógicamente ha habido entrenadores que me han marcado un poco por encima del resto, como han sido Ramiro Díaz o, en edades más tempranas, Manuel Meiriño, pero como digo de todos he sacado cosas muy positivas.

- ¿Le veremos pronto por Ourense o aceptará alguna oferta de otros países?

- La verdad es que nunca se puede decir nada en este mundillo, pero confieso que tengo ganas de pasar más tiempo en casa. Ya son muchos años con la maleta acuestas, aunque realmente me adapto bien a estar fuera.

- ¿Se va a dedicar a este deporte cuando termine su carrera como jugador?

- Pues me gustaría, la verdad. Es una de las cosas que tengo en mente, seguir preparándome en campos relacionados no solo con el fútbol sala a nivel competitivo, que por supuesto, pero también con otros campos del deporte en general.