- ¿Cómo es el trato cotidiano?

- Culturalmente hablando, la diversidad del país es enorme y dispone de contrastes de todo tipo. Desde la China tradicional reflejada en Pekín, hasta ciudades como Shanghai y Guangzhou, mucho más modernas y cosmopolitas. Te choca mucho el impacto que supone residir en estas ciudades de 20 o 25 millones de personas, con presencia de gente de otros países y en las que pasas totalmente desapercibido, a ser el centro de atención en una ciudad como la que yo vivía, Wuhan, en la China central, con 13 millones de personas. Estaba hiperdesarrollada en algunos aspectos pero, en otros, son difíciles de entender en el siglo en el que estamos. Como por ejemplo que me sacase 20 fotos al día con la gente por la calle por el simple hecho de ser extranjero y de tener el pelo rubio, cuestiones que les chocaban allí porque apenas vivía gente de fuera. Esto se multiplicaba con los jugadores extranjeros de color que teníamos en el equipo.