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Félix Fernández Cao: "En China aprendes día a día que siempre puede pasar de todo"

El técnico ourensano exprime su experiencia en el fútbol chino y en el club que aspira a fichar al argentino Lavezzi

Félix Fernández corre al frente de la plantilla del Hebei, en la pretemporada realizada en Marbella. // FdV

- ¿En China es todo gigante?

- Creo que es una sensación acertada. Las provincias, las ciudades, los estadios, la pasión, la cantidad de gente que hay. Para hacerse una idea, la mayoría de los desplazamientos en avión, en función de dónde estés situado en el país para ir a jugar, son de entre tres y seis horas, más una o dos para ir desde al aeropuerto en autobús al hotel o a jugar, e incluso dos o tres horas más de vuelo si tu sede está muy al norte o al sur del país. Esto mediatiza mucho la competición, la organización, la recuperación o la planificación. Por cuestiones climatológicas dadas por la extensión del país, el calendario que disputamos con el equipo la temporada pasada (llegó para la segunda vuelta) fue de 13 partidos fuera y solo tres en casa.

- ¿Se han cumplido las expectativas que metió en la maleta?

- El balance es muy positivo en todos los aspectos. Es difícil estar tan lejos de la familia, pero la experiencia hasta ahora está siendo muy buena en el aspecto profesional y en el personal al tener la oportunidad de conocer una cultura como es la oriental. Ha sido un paso difícil, pero en términos generales muy satisfactorio. Poder ingresar en el fútbol profesional, aunque sea en un país en desarrollo en este campo, ha supuesto una gran experiencia. Poder competir y estar en estadios de 50.000 espectadores ha sido algo inolvidable, y ojalá pueda seguir desempeñando mi labor, creciendo en este inestable y difícil trabajo. A ver si algún día puedo estar a este nivel en Europa, porque sería un sueño realizado.

- ¿Cuáles han sido los mayores contrastes con respecto a la vida y al fútbol en España?

- Los contrastes son muchos en todos los aspectos, siempre contextualizando que es la experiencia que a mí me toca vivir con un entorno muy determinado por los sitios en los que he estado y el papel que he desempeñado. Socialmente son muy distintos a nosotros en cualquier aspecto que uno se pueda imaginar. El día a día, las relaciones personales de cualquier tipo, la familiar, la amistad. En mi opinión, son una sociedad muy marcada por la cultura del honor y el respeto por la salud, la familia y la gente mayor. En cuestiones de alimentación, trabajo, costumbres, ocio o la barrera del idioma, las diferencias también están muy marcadas con respecto a la cultura occidental.

- ¿Es fácil conciliar la cultura deportiva europea con la asiática?

- Las diferencias son notables. Es un país joven en cuanto a la práctica del fútbol se refiere, por ello intentan importar profesionales extranjeros que doten de mayor experiencia y capacidad a los clubes y así poder evolucionar en su desarrollo. Cuestiones que en Europa y Sudamérica ya están muy trabajadas, como por ejemplo, la prevención de lesiones, la ergogenia, el control del porcentaje muscular o la medicina rehabilitadora occidental, ya que ellos se basan en la medicina tradicional china. Lo mismo ocurre desde el punto de vista técnico y táctico. En mi opinión, la parte en la que quizás están casi a la par es la que tiene que ver con scouting y seguimiento de rivales.

- ¿Cómo se presentó la posibilidad de dar el salto a la primera categoría, la Superliga, tras solo unos meses en el país?

- La oportunidad viene a través de uno de mis mentores, Luis Casais. Él fue primero mi profesor en la facultad, después en el máster y, más tarde, me involucró en un proyecto que sería mi primera experiencia profesional, jugando la fase de ascenso a Segunda División A con el Pontevedra, en la temporada que dirigió Pablo Alfaro. Después de unos años en el sector de la salud, compaginados con el trabajo en las categorías inferiores del Celta y del Ribadumia, Luis Casais me contacta para sustituirlo como preparador físico en el Wuhan Zall de la Liga Jía (la Segunda china), donde trabajo con Zhen Bin como entrenador. Los dos me llamaron de nuevo este año para incorporarme al club en el que trabajo ahora, el Hebei China Fortune.

- ¿Cuál es su cometido concreto en el cuerpo técnico?

- La preparación física y la prevención y recuperación de jugadores lesionados. Para ambos cometidos se realiza un trabajo multidisciplinar con ayuda de más profesionales del club.

- ¿Se convertirá China en una potencia del fútbol o no lo verán nuestros ojos?

- Es difícil contestar a esa pregunta porque la respuesta está muy mediatizada por cuestiones estructurales de la competición. La más significativa es la limitación de los extranjeros. Cada equipo solo puede tener cuatro y un jugador de otro país de Asia, y en el campo solo pueden estar tres extranjeros y uno asiático a la vez. Esto condiciona mucho, sobre todo la cuestión técnico y táctica, influyendo directamente en el nivel de la propia competición.

- ¿Qué concepto tienen de la cantera?

- Con la ayuda del gobierno, desde infraestructuras, soportes y la creación de más de 20.000 escuelas, con el dinero de la televisión y con los acuerdos con otras ligas que se han realizado recientemente, el desarrollo de sus propios jugadores se prevé que irá creciendo. De a dónde acabará llegando su potencial, dependerá en gran medida de las decisiones que tomen y de cómo vayan mejorando todos estos aspectos. Hasta hace dos años no existían las escuelas ni las categorías inferiores. De hecho, aún ahora, aunque ya existan, la mayoría no compiten con partidos, solo entrenan, y eso limita mucho el desarrollo de los jugadores en etapas tempranas.

- ¿A qué se debe el boom económico del fútbol chino?

- La explicación está en la apuesta clara del gobierno por desarrollar este deporte. Hay una fuerte inversión televisiva (1.250 millones repartidos entre los 16 equipos de la Superliga) y contratos publicitarios y de patrocinio de grandes empresas, que se quieren posicionar en el país y en el extranjero. No hay más que ver los apellidos de los equipos que representan a multinacionales de diversos sectores. Es un cúmulo de cosas.

- ¿Está hecho el fichaje de Lavezzi, del PSG, por el Hebei?

- De entrada, no hay nada oficial. Solo se incorporaron a entrenar por ahora Gervinho, Kakuta, Ersan Gulum y acaba de llegar M'bia. Queda una plaza y, en China, aprendes día a día que siempre puede pasar de todo.

- Pagan fortunas por refuerzos, pero ¿el sueldo del staff se puede equiparar con los de las ligas europeas?

- Depende de si hablamos de equipos 'top' de Europa o de mitad de tabla y de si aquí hablamos de equipos grandes consolidados o de equipos en crecimiento. Lo que también marca mucho esas cuestiones es quién te lleve al equipo y el 'nombre' que tenga. En general, las cifras son superiores.

- ¿Mantiene contacto con sus raíces ourensanas tras tantos años lejos de casa?

- Intento mantenerlo con los profesionales y amigos que hice en todos lados. Se agradece que te escriban interesándose cuando estás solo tan lejos de casa. Desde la gente que conocí en los últimos equipos en los que estuve, sobre todo Celta y Ribadumia, donde me dieron la oportunidad de disfrutar de la Tercera División como primer entrenador y donde dejé mucha amistad con directiva y jugadores, a la que me rodeó en mis comienzos en Ourense. En mis tres días libres después de la pretemporada en Marbella, estuve viendo al Barbadás contra el Boiro. Saludé a jugadores amigos de ambos equipos, a entrenadores que estaban allí y que me formaron cuando empecé en Club Deportivo Ourense y a Peluso, que me entrenó en juveniles y que fue contra quien debuté como entrenador en Tercera.

- ¿Qué sintió con la desaparición de Club Deportivo Ourense?

- Cuando estás diez años en un club, juegas en todas sus categorías y vas creciendo con él y disfrutando de etapas tan bonitas, con ascensos incluidos en varias categorías, te da mucha pena ver cómo se produce esa situación. Considero que la ciudad tiene una gran tradición deportiva en todos los campos y el fútbol es uno de ellos. Tengo un gran recuerdo de ser cadete y disfrutar los domingos con el equipo en Segunda División y de momentos tan especiales como ver al Barcelona en O Couto en la eliminatoria de la Copa del Rey.

- ¿Qué futuro le augura al fútbol en su ciudad natal?

-Para mí, el sentimiento, la raíz, sigue ahí y ojalá pueda recuperarse y reverdecer, pero para ello, en mi opinión como miembro de esa familia ourensanista, se necesita que la afición siga ahí, que las instituciones muestren su apoyo a los clubes que fomentan la práctica deportiva de todo tipo. El deporte es muy importante en el desarrollo de valores y en el fomento de la salud en cualquier edad, y que la gente que trabaja, en este caso en recuperar ese árbol caído, aporte todo lo que lleve dentro en cuanto a actitud y aptitud.

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