Nieves Álvarez se siente reconfortada en su tarea con la evolución de los pequeños: "Ya no es aprenderlos a jugar al fútbol, sino que hay que crear una educación, una ética y una disciplina. En estas categorías lo importante es la deportividad entre ellos, no son los resultados. Yo me siento muy bien viendo cómo avanzan con el trabajo que les dedicas, que son muchas horas, y al final de temporada se ve reflejado tanto en lo deportivo como en la educación". Se siente respaldada por los padres, particularmente esta temporada, aunque siempre hay chascos: "Lo que peor se lleva es que, al ser tan pequeños, si llueve o hace viento, los padres no los llevan a entrenar. Es duro tener todo preparado y que solo te aparezcan cinco niños".