El esfuerzo sobre la bicicleta se complementa con el que hace ante el pupitre, con buenos resultados en los dos ámbitos. Iván Feijóo espera varios sobresalientes en las próximas calificaciones a pesar del tiempo que le roba el deporte. Hoy mismo tiene un examen de Cultura Científica que no le mete más respeto que una de las cuestas embarradas que ha dejado atrás en la mejor temporada de su vida. "Me lo sé bastante bien. Es fácil", se atreve a pronosticar sobre el resultado de la prueba por escrito. Aunque los 16 años le hacen todavía inmune al desgaste psicológico, sabe que le toca una tregua. "Habrá que darse un descansiño. No voy a parar de andar en bicicleta, pero sin entrenar en serio", promete Iván Feijóo sobre sus planes inmediatos.

Todavía no tiene el gusanillo de la bicicleta todoterreno (BTT), la modalidad que le espera desde finales del mes de febrero. El ciclocross le ha enganchado por las multitudes que arrastra en sus acontecimientos internacionales, pero la pedalada no puede detenerse. En Zolder quedó demostrada su candidatura a las grandes metas si en el camino no se queda sin apoyos, porque ganas tiene para comerse el mundo.