El idilio entre el equipo y la afición también ha recuperado la llama, aunque sorprendió a propios y extraños la gran afluencia registrada al partido del pasado domingo en O Couto. "Aquí hay un sentimiento hacia un club que existía y que ahora se identifica con la UD Ourense. Los jugadores solo somos algo necesario para que el club llegue a donde su afición quiere verlo", explica Diego Soto. El centrocampista concede el primer plano del proyecto a la masa social, a la que agradece exhibiciones de fidelidad como la del encuentro contra el Arnoia. "En el campo se percibe el apoyo. Ya llevamos dos años así y no sorprende nada. En el primer partido de liga en Arnoia ya veías gente por todas las esquinas y en Amoeiro había muchísima. Casi me sorprende más lo de fuera, cuando hay que coger el coche, desplazarte por la provincia, que lo de casa, que es más cómodo. No te acostumbras a eso y ya van dos años. Han dado una respuesta increíble. El club está en manos de los aficionados y con este apoyo seguirá creciendo", augura.