Cabreiroá, agua oficial de la selección española de fútbol y de los principales equipos de fútbol gallego, organizó ayer una visita a Verín de Sergio Álvarez, portero del Celta de Vigo, con el objetivo de disfrutar de unas horas muy divertida con más de 200 niños de las escuelas deportivas verinenses. Inicialmente estaba previsto que el invitado fuera Nolito, pero por cuestiones personales el gaditano tuvo que cancelar su viaje a última hora.

El polideportivo de A Granxa se quedó pequeño para acoger a los niños y a sus familias. Los chavales tuvieron la oportunidad de hacer preguntas libremente al jugador del Celta. Uno de los primeros en atreverse, Alejandro, le preguntó si ve al conjunto vigués luchando por la Liga de Campeones, a lo que respondió que será "complicado" porque hay "muy buenos equipos". Tampoco lo descartó porque el vestuario tiene "muchas ganas" de conseguirlo.

Reconoció a otro pequeño que siente más simpatía por el Barcelona que por el Real Madrid, "no por nada especial, sino por su juego", y también aclaró que la goleada por 4-1 al conjunto de Luis Enrique le causó una "inmensa alegría".

"Es un equipo que viene de ganarlo todo la temporada pasada y ganarle 4-1 fue una de las mayorías alegrías a nivel futbolístico", subrayó Sergio Álvarez, para quien el secreto al rendimiento que está ofreciendo el Celta está en la buena sintonía que hay en el vestuario.

"Una de las claves de que el equipo esté tan bien, juegue tan bien y se entrene tan bien es por el ambiente que hay entre nosotros. Somos como una pequeña familia", puntualizó el canterano, quien aconsejó a los pequeños "no dejar de lado los estudios" por el fútbol.

Además, Sergio protagonizó trucos de magia en compañía del mago Xacobe, paró varios penaltis y regaló camisetas tanto del Celta como de la selección a los niños en una emocionante mañana que reforzó el compromiso de Cabreiroá tanto con el lugar de origen de sus aguas como con el deporte.