La Unión Deportiva Ourense alargó con siete goles en el último partido del año en O Couto una racha que le ha llevado de la décima a la cuarta posición en menos de dos meses. De estar a nueve puntos del ascenso ha pasado a encontrarse a tres y con dos cruces pendientes entre rivales directos en las dos jornadas que le quedan a la primera vuelta, el Loñoá-Santa Teresita y el Amoeiro-Arnoia. Si los de Antonio Dacosta conservan el hambre y no se dejan puntos imprevistos, todo irá a mejor antes abordar el crucial calendario de enero.

En cuanto el Barra de Miño concedió metros en su contención, la UD Ourense se adelantó en el marcador. Cristian, Xaco o Brais son rápidos y Roberto Dacosta piensa rápido y sirve balones con precisión. Cuando un unionista levanta la cabeza y detecta una fisura en la defensa por la que deslizar la pelota, el gol solo es cuestión de una última inspiración. Y como ya no hay la angustia por fallar que les atenazaba al comienzo de liga hasta parece fácil amontonar goles.

Ayer se estrenó en celebraciones el central Sergio. Los otros cinco de la primera parte los anotaron los habituales. Dos fueron de Roberto Dacosta, otros dos de Cristian y uno de Xaco. Estuvieron casi infalibles en el área, aunque el portero, que ya había parado un balón con la mano fuera del área en la falta previa al primer tanto, desbarató un intento de vaselina de Roberto Dacosta. También Xaco probaría a picarla en un cara a cara, pero el bote se le fue al larguero. Los unionistas casi marcan hasta en propia puerta, en un córner peinado que se fue al larguero.

El segundo tiempo acabó en empate. Los porteros le ganaron la mano a los delanteros. Diego, que sustituyó a Pablo en el Barra de Miño, y Héctor, que acabaría siendo relevado por el juvenil Andrés, se repartieron intervenciones de mérito. Con el juego sin filtro medular, Almeida y Bryan tuvieron a la contra las mejores opciones para incrementar la cuenta unionista.

Por los visitantes, Iván estrelló su remate en las piernas del portero tras un pase de Ricardo en una llegada por la izquierda. Héctor volaría para desviar un fino lanzamiento de falta de Iván y otra vez en el cabezazo del córner posterior. Bryan haría el séptimo con solo empujar un balón conducido por Jorge y Roberto encontró el consuelo para el Barra de Miño en un partido afeado por la amplitud del marcador y la anarquía a la que se abandonaron los equipos.