El futbolista del Barbadás Iago Quintairos estaba pendiente ayer de los resultados de las pruebas que le han practicado a causa del desvanecimiento que sufrió el pasado viernes, cuando se celebraba una de la plantilla, para recibir el alta. "Me hicieron un ecocardiograma y está todo bien, pero tengo que esperar a que el neurólogo le eche un vistazo al tac. En teoría, hoy (por ayer) me daban el alta, pero llevo desde el viernes ingresado y ya me da igual pasar aquí una noche más", explicó ayer el defensa.
A falta del visto bueno definitivo de los facultativos, Iago Quintairos se mostraba tranquilo sobre el origen y las consecuencias de su pérdida de conocimiento. "El susto ya ha pasado. Los médicos me han tranquilizado. Me dijeron que pudo ser algo puntual, que solo pasa una vez en la vida. No le voy a dar más vueltas ni comerme la cabeza", apuntó.
Le costará olvidar sin embargo la escena y las caras de sus compañeros, muchos de los cuales se han pasado por el centro médico para visitarle e interesarse por su estado de salud. "Me acuerdo de todo, salvo los segundos que estuve inconsciente. Ya acabáramos de cenar y estaba hablando con un par de compañeros que tenía enfrente. Me empezó un dolor por el estómago y perdí el hilo de la conversación. Lo siguiente que recuerdo son las palmadas que me daban en la cara, estar tirado en el suelo y rodeado por todos", recuerda.
Para demostrar que el mal trago ha quedado superado, Iago Quintairos se refiere con ironía a la reacción de sus compañeros. "Se asustaron mucho, Alguno salió corriendo o se puso muy pálido. Casi hace falta alguna ambulancia más", indica entre risas.
Este contratiempo le impidió a Iago Quintairos participar en el encuentro que el Barbadás jugó el domingo contra el Bergantiños en As Eiroas, el mismo escenario en el que se frustró el primer intento de ascenso a Tercera. Al defensa le sorprendió que se marcaran tantos goles en Carballo, aunque los ourensanos se están mostrado más efectivos que nunca en la categoría, ya que solo han dejado pasar un domingo sin ver puerta.
El propio Quintairos ha marcado dos, el que significó la victoria sobre el Racing Villalbés y ante en Noia, en un empate 2-2 que como el de ayer dejó mal sabor de boca en el Barbadás. No era un partido deseado en Os Carrís y se confirmaron los temores con la ventaja que se esfumó y el malestar con la actuación arbitral.
