La Unión Deportiva Ourense se dejó ayer dos puntos en Ribadavia en un empate, el primero de su historia, que frena su aproximación a los puestos de ascenso. Al descanso perdía por dos goles ante un rival implacable las veces que se presentó en el área y, en la segunda parte, los unionistas no solo igualaron el marcador con dos testarazos del central Julio Martínez en sendos saques de esquina sino que acumularon ocasiones para completar la remontada. Se quedaron cortos y el ascenso vuelve a distanciarse a ocho puntos.

El campo tenía todos los ingredientes para que el partido se atragantase. Le faltaban 20 metros de largo con respecto a la pasada temporada y la superficie hacía desaconsejable el control o la conducción de lo que parecía una saltarina. Asociarse era un riesgo en campo propio, por lo que tocaba vivir del envío en largo y la estrategia. Los rivales casi siempre están más vivos en ese lado oscuro. Chapa y Paco, situados en el lugar preciso sin nadie al lado que les estorbase, exhibieron una definición de elite en la segunda jugada de dos córners. El del 2-0 estuvo precedido de una cesión y una salida de Samuel en la que el bote le traicionó. La defensa sacó el primer remate a portería rendida, pero en el saque de esquina posterior llegó la factura.

Poco había pasado en el área local. Cristian entraba por la izquierda, pero desafortunado en el último pase o en la ejecución. Por dentro lo tuvieron imposible Xaco y Roberto Dacosta y las incursiones de Otero por la derecha tampoco desequilibraron. En el único centro de gol, en el 36, se anticipó Camilo.

No le estaba saliendo nada a la UD Ourense hasta que, al regreso de los vestuarios, Julio Martínez impuso sus centímetros para enviar a la red un balón botado por Roberto Dacosta. Para azuzar la reacción, el técnico de los unionistas prescindió del lateral Julio Álvarez y dio entrada a Jorge. El larguero se interpondría en el camino en cuanto Senén pudo sacar el cañón.

Bryan fue el siguiente elegido para abrir grietas en la defensa del Ribadavia, pero aguantó cinco minutos en el campo. Unos descerebrados le buscaron y le encontraron. Con el acta en la mano, todo apunta a que el colombiano será el único sancionado. Con el partido sobre ascuas apareció el portero Pinal. La UD Ourense siempre saca lo mejor de los guardametas de enfrente. A once para el final desvió un remate de Otero tras un largo avance desde la medular y Tito Currás no pudo concretar el córner. Antes del empate, en otro salto mayúsculo de Julio Martínez, Pinal había cazado otro intento de Omar. Los unionistas pasarían a jugar en superioridad por dos expulsiones por patadas extemporáneas.

La última vez que el balón llegaría a la red fue en una volea de Xaco anulada previamente por una falta sin ley de la ventaja. Los intentos finales fueron desesperantes, como la mayoría de los partidos que la UD Ourense ha jugado lejos de las comodidades de O Couto. Sigue dando demasiada ventaja al otro.