"Los números nunca son una casualidad" pensará cualquiera que analice lo que está siendo el arranque del Celta en esta temporada. Cumplida la quinta parte del campeonato, inmersos en otro parón por culpa de los compromisos internacionales -dentro de unas semanas llegará el último del año-, un vistazo a la trayectoria histórica del equipo vigués en sus cincuenta temporadas en la máxima categoría demuestra lo excepcional del conjunto entrenado por Eduardo Berizzo.

Solo una vez en toda su historia el Celta llegó a la séptima jornada en mejor situación de la que presenta en estos momentos. Sucedió en la temporada 1941-42, la del mejor arranque de todos los tiempos. En aquella ocasión en ese tramo de Liga el conjunto entrenado por Albéniz había ganado cinco partidos y empatado dos. Llevado al sistema de puntuación actual supondría 17 puntos, dos más de los que en estos momentos llevan los de Berizzo. Algo tan sencillo como cambiar uno de los empates de esta temporada por una victoria. En aquella ocasión el Celta marchaba un puesto por encima, en la segunda posición.

Desde entonces no ha habido otro Celta que haya sido capaz de completar un parcial de siete primeras jornadas como el actual. Solo el de Víctor Fernández de la temporada 1999-00 fue capaz de igualar los quince puntos. En aquella ocasión el Celta había logrado cinco victorias, pero ya había cosechado dos derrotas. Un síntoma de lo que fue aquel tiempo: un extraordinario equipo que ganaba mucho, pero que perdía más de lo que le convenía para aspirar a logros mayores.

El resto de temporadas el Celta ha sido incapaz de llegar a estas alturas con los quince puntos -o los equivalentes si consideramos el sistema de puntuación que daba dos puntos por victoria- de los que en estos momentos puede presumir el conjunto de Eduardo Berizzo. Una idea de la importancia histórica que tiene el arranque de torneo que están protagonizando los vigueses y que les llevan a mirar de frente a los mejores que ha realizado el club a lo largo de su historia.

Otra circunstancia que también merece la pena destacar es que esta es la cuarta temporada de las cincuenta en la máxima categoría en la que el Celta llega a la octava jornada sin haber perdido un solo partido. Solo ha sucedido tres veces antes: en la referida temporada 1941-42 (cinco victorias y dos empates), en la 1998-99 (tres victorias y cuatro empates) y en la 2001-02 (también tres victorias y cuatro empates).

También sobresale el Celta en el aspecto goleador en esta siete jornadas. En su historia hay muchas temporadas en las que ha marcado más (sobre todo en la década de los cuarenta), pero la idea de lo que está haciendo el Celta la da el hecho de que no llevaba una cifra como la actual (quince goles en siete jornadas) desde hace más de cincuenta años. Hay que remontarse a la campaña 1957-58 cuando en esas jornadas los vigueses habían sido capaces de marcar dieciséis goles, uno más de los que llevan en estos momentos.