El tiempo jugó en contra del Club Ourense Baloncesto desde mucho antes de que sonase la bocina del último partido del play off de ascenso a la ACB pero, llegados a una situación límite, agravada por la demora en la resolución definitiva del Consejo Superior de Deportes tras el órdago con que la asociación de clubes rechazó a los cobistas, desde el consejo de administración se valora como un éxito que la ACB haya accedido a firmar un convenio por el que se garantiza el concurso del equipo ourensano en la Liga Endesa 2016-2017. Entienden que cualquiera de los equipos afectados en la secuencia de ascensos frustrados consideraría un triunfo tener un ofrecimiento de esa naturaleza. En este punto se elogia el despliegue del letrado del club, Miguel Juane. Si la ACB pacta es porque sabe que puede perder mucho más adelante, aunque el desenlace del tiovivo de emociones vivido en todo el proceso burocrático ha podido decepcionar a un sector de la afición. Apelando a la sangre fría, en el COB entienden que han tomado la mejor solución para el conflicto. Ha sido un logro y no una desgracia. Y han ganado diez meses para reparar los agujeros que presenta la nave desde hace demasiado tiempo. El baloncesto de élite tardará un año más en volver a Ourense pero, al margen de las arbitrariedades y errores cometidos por la ACB, la institución cobista también pagó en este tránsito el abandono al que ha estado sometido durante años, su descapitalización social y financiera. Su descrédito como consecuencia de la falta de rigor en la gestión. A nadie se le pasaba por la cabeza un ascenso del COB y, urgidos por un pabellón a reventar de aficionados, los apaños de última hora no siempre dan el resultado deseado. Los actuales gestores consiguieron sin embargo, con el respaldo del presidente de la Diputación, llevar hasta el final el pulso. Y lo ganarán en el otoño de 2016. Una resolución más vinculante del CSD aquel 11 de agosto les hubiese ahorrado muchos problemas, pero entrados en septiembre cualquier intento de proyecto estaba condenado (todavía más) al fracaso. Ahora, con todo un año por delante, se despejará la duda al fin de si Ourense es de ACB recabando hechos más que palabras y buenas intenciones. Desde el club se asume que los aficionados son el soporte del proyecto, y más ante un año duro, por lo que, una vez que se cierre el acuerdo con la ACB, el acto siguiente será abierto al público para responder a todas las preguntas y dudas que hayan podido surgir en el proceso.
