Mientras se buscan soluciones provisionales para el problema de espacio que tienen los equipos de formación en la ciudad de Ourense, el delegado de la Federación Gallega de Fútbol en la provincia, José Luis Cachaldora, vuelve a introducir en el debate una alternativa con plazos razonables para alejar de estándares tercermundistas el ratio de jugador por metro cuadrado de césped que se da en las instalaciones más céntricas y cómodas para practicantes y padres.
"Oira y Os Remedios están saturados. En la ciudad haría falta para darle salida a los entrenamientos y a los partidos, como mínimo, un campo nuevo y dos sería la solución perfecta para el problema", diagnostica José Luis Cachaldora. Ourense, al contrario que la mayoría de las ciudades gallegas, no dispone de una instalación de titularidad federativa y el delegado asegura que esa posibilidad "no es brindis al sol" a corto plazo.
"Es un proyecto que tiene fundamento. El presidente de la Federación Gallega lo está 'luchando' con la Xunta y seguramente dentro de nada lo hará con el Concello de Ourense y la Diputación Provincial para que se pueda hacer al fin un campo sintético", expone José Luis Cachaldora. El delegado federativo pide consenso para "barajar qué terrenos son los mejores para hacer un sintético" porque Rafael Louzán "está encima del problema y está preocupado" por las dificultades que tienen los clubes de la capital para planificar las temporadas de su cantera. "Es un hombre de fútbol y conoce las carencias que hay. Personalmente, siento envidia de que en Pontevedra se hayan hecho 114 campos de hierba sintética porque es de ahí de donde salen los buenos jugadores al ser atrayente tanto para el chaval como para el padre", agregó Cachaldora.
El obstáculo inmediato es el PXOM. Sin un plan de urbanismo aprobado, el abanico de posibilidad para ganar metros de hierba artificial se reduce a campos municipales como el de Vilar de Astrés y Seixalbo. "Están cerca de la ciudad y tienen poco uso. Merecería la pena mirar si se les puede echar hierba sintética para darle salida a los equipos", apunta.
Con una alta confluencia sobre los campos de la ciudad de las 3.500 fichas de las categorías base que aglutina el fútbol provincial (610 de juveniles; 560 de cadetes; 612 de infantiles; 630 de alevines; 580 de benjamines y 320 de prebenjamines, más otras 200 de las autonómicas y nacionales), algunas promesas ourensanas soportan un agravio con respecto a jugadores que se forman en las otras provincias. Y para otros canteranos el perjuicio es todavía más inconcebible al estar en inferioridad de condiciones con los vecinos, como quedó de manifiesto en el último reparto de horarios del Consello Municipal de Deportes.
