- ¿Ha sido difícil convencer a las tres internacionales para que se quedaran?

- No fue fácil porque las dejé pensárselo hasta el último momento y, de hecho, todavía se lo pueden pensar y decidir su futuro. Para ellas ha sido difícil rechazar buenas ofertas y quedarse. Eso es una responsabilidad y un reto para el club y para mí. No nos podemos dormir y hay que seguir trabajando para que mantengan el nivel. Para mí es un orgullo que se queden y debemos esforzarnos por ellas y demostrar que somos un equipo a tener en cuenta.

- ¿Y la competición en qué debería mejorar?

- Este año va a estar más igualada. El Burela despertará tarde o temprano porque se ha reforzado bien y el Alcorcón será un equipo a tener en cuenta. Los de arriba le pueden quitar ese protagonismo al Atlético de Madrid, que debería perder más puntos por el camino. Y por el resto, estamos en lo siempre. No sé qué tienen que hacer las chavalas para que las respeten más. Por ejemplo, los clubes queremos una Copa de ocho y la Federación dice que no hay ayudas para tanto, que solo pueden ser cuatro, y así baja el nivel de la categoría.