Joaquín Fernández Pérez asiste al fútbol en O Couto desde antes que se levantaran los graderíos. Nació el 7 de junio de 1923, por lo que ha visto morir a los dos últimos equipos que ha tenido la ciudad, la Unión Deportiva Orensana y el Club Deportivo Ourense. Desde el pasado verano es socio fundador de la Unión Deportiva Ourense, el proyecto al que han trasplantado sus afectos muchos ourensanistas. "¿Si hay ganas de volver a O Couto? Eso no se pregunta, hombre", responde tajante un socio de toda la vida al que le tarda el regreso.

A sus 91 años, Joaquín Fernández es de fútbol diario. Del televisado y, cuando corresponde, a pie de campo. Ya ha estado en el campo de Os Remedios arropando al nuevo equipo, pero se le hace incómodo. "Me habían avisado de que fuera con tiempo porque hay poco sitio para sentarse y me tuve que ir para el fondo donde están los chavales y los bombos. No hay comodidades para la gente mayor", explica nostálgico de la vetusta grada ante la que se desarrolló la historia del balompié ourensano.

Joaquín Fernández es coleccionista por devoción. Además de las vivencias ligadas al deporte conserva monedas, sellos, cajas de cerillas, discos y entradas de los partidos del trofeo Teresa Herrera de A Coruña. También ha reunido un tesoro de carnés de socio de la Unión Deportiva Orensana y de su sucesor el Club Deportivo Ourense. El de la Unión Deportiva Ourense se lo guarda en el bolsillo de la camisa, junto al corazón. Es el número 6, un acto en memoria del club que todavía espera la sentencia final en el juzgado de lo Mercantil.

De los viejos tiempos en O Couto recuerda la rivalidad con los equipos de Vigo, partidos para los que se fletaban trenes especiales. "La empresa de Los Americanos ponía autobuses para ir a Balaídos cuando venía el Real Madrid y sobre el techo había asientos que eran más baratos, pero qué frío se pasaba cuando se llegaba a la Cañiza", relata. Como muchos ourensanistas tampoco olvidará la eliminatoria copera de la temporada 1959-1960 contra el Athletic de Bilbao, todo un acontecimiento de la época que mereció un partido de desempate en Madrid radiado por Matías Prats padre.

Hay muchas Copas y promociones en su retina y la imperecedera hazaña de las 30 victorias entre los años 1967 y 1968. Joaquín Fernández ha sobrevivido a muchos jugadores, entrenadores y directivos, pero recuerda con especial cariño al portero Pita, a Cortés y en general a todos los jugadores que salieron de casa. Cuando le preguntan por qué caen los equipos en Ourense apunta a la cabeza: "Las directivas cometen errores", aunque matiza que hay presidentes que lo han dado todo por el club.

Tiene la certeza de que su sentimiento ha sido compartido por multitud de ourensanos: "Afición hay, porque al cabo de poco tiempo se han hecho mil socios en un equipo de Tercera Regional. La gente ha respondido". En clave de futuro, Joaquín quiere verse pronto en O Couto y luego el tiempo dirá. "Yo hasta que llegue a Primera no me muero", ironiza entre una sonrisa que contagia entusiasmo.