La suerte que pueda correr el Ourense depende en gran medida de las gestiones que ha venido realizando el expresidente y hombre de la Diputación en O Couto, Manuel Seoane, para encontrar un recambio al consejo de administración que dimitirá el 18 de junio. Como en el verano de 2012, cuando renunció al cargo y ejerció de mediador ante el abogado Primitivo Ferro, la primera opción para el relevo hasta que dio el paso al frente el actual grupo directivo, Manuel Seoane será protagonista de un movimiento sucesorio sobre el que apenas ha dado pistas.

Tras aclarar que se ha movido por los jugadores y por los socios del club, a los que consideraría "un fraude" dejarles sin fútbol, el que fuera presidente del Ourense ofreció ayer su punto de vista sobre diversos aspectos que afectan a la crítica situación de la entidad. En declaraciones al programa Onda Deportiva Ourense, Manuel Seoane puntualizó que el desfase económico es superior al de hace dos temporadas, ya que se adeudan cinco nóminas a la plantilla y los desplazamientos, ha aumentado la deuda con la Seguridad Social y la de Hacienda es "más o menos" la misma.

En referencia al intento de negociación frustrado del grupo inversor argentino y suizo, Seoane considera que deberá sentarse con el mayor acreedor público que tiene el club "una persona autorizada" y se teme que ya no se contemplen convenios a 20 años como el que se consiguió en su etapa. La expectativa para saldar la deuda se reduce a "ocho o nueve años" y sería todo un balón de oxígeno que en 2014 solo hubiera que abonar una cantidad mínima que iría aumentando en los los sucesivos. Apostilló que Hacienda siempre tiene la última palabra, pero que "una cosa es apretar y otra ahogar" ,ya que en caso de que no haya acuerdo el club corre riesgo de desaparecer y, con él, la deuda de 721.000 euros.

En cuanto al frente abierto por las denuncias de los futbolistas ante la AFE, Manuel Seoane reconoce que es urgente pagar la deuda o negociarla para que se retiren las reclamaciones porque en caso contrario a mediados del mes de junio el club podría encontrarse con un nuevo palo en la rueda en forma de aval. El expresidente aseguró que no le gustaría encontrarse en la situación de una directiva que no puede pagar ni en la de unos jugadores que no cobran, aunque echó de menos que la confección de la plantilla de esta temporada no se hubiera hecho "con los pies en el suelo". En ese sentido, Manuel Seoane sostiene que el primer objetivo del Ourense tiene que pasar a ser su saneamiento económico, que pasa ineludiblemente por reducir gastos en el plano deportivo.

Desde su punto de vista, el tope salarial para la primera plantilla y el cuerpo técnico no debe rebasar los 30.000 o 35.000 euros, con los que se reuniría un potencial suficiente para mantener la categoría. En referencia al relevo en la dirección del club, que espera sea inminente, no especificó si la persona con la que está en contacto, y que ha solicitado datos sobre la situación económica, hace a su vez de puente con otro empresario. Sí parece claro que su intención no sería hacerse con una mayoría accionarial sino simplemente formar un consejo de administración y buscar la delegación de acciones.