Los rectores salientes del Ourense dudan del efecto llamada de la dimisión que anunciaron al final del partido del pasado domingo en O Couto, aunque han acordado con la Agencia Tributaria posponer una semana la negociación que condiciona el futuro del club por si una nueva directiva da el paso al frente.

En caso contrario, los directivos retomarán la gestión el 6 de mayo siempre que los servicios jurídicos de Hacienda den el visto bueno a una reunión para acordar un nuevo convenio con un consejo dimisionario, según le transmitió ayer la jefa provincial de Recaudación al vicepresidente del Ourense, José Ramón Fernández Morgade.

Los directivos realizaron este anuncio en una rueda de prensa de 65 minutos de duración convocada para explicar los motivos de un anuncio de dimisión precipitado por las protestas de un sector mayoritario de los aficionados que se dieron cita en el estadio el pasado domingo.

En sus intervenciones hubo autocrítica y también reproches al estamento de jugadores y entrenadores, así como a la concejalía de Deportes. Reconocen un "exceso de optimismo" en el respaldo que calcularon para su segundo proyecto de la sociedad ourensana, las empresas y las instituciones, aunque no consideran un error presupuestario ni de gestión que las subvenciones estén bloqueadas en el mes de abril por la falta de certificados.

El presidente, Alejandro Estévez, lamentó que se haya encontrado muchas puertas cerradas y muchos noes a sus propuestas dentro y fuera de Ourense para salvar el club, por lo que fue efusivo en su agradecimiento a Coren y a la Diputación Provincial, en contraste con el "iluminado" que aseguró que lo mejor que le podía pasar al club era la desaparición, en alusión velada al concejal de Deportes.

En el balance de los 22 meses de mandato, Estévez subrayó que la deuda con la Administración se redujo en casi 170.000 euros y que no se pasa "por casualidad" de 800 a 3.000 socios en un club que tenía la línea telefónica cortada cuando se hicieron con el timón y que ahora dispone de marca propia de ropa, presencia activa en las redes sociales, cartelería y dípticos en los partidos y un "fuerte voluntariado".

El presidente lamentó que se haya cuestionado la honorabilidad de la directiva y justificó la denuncia en el Juzgado contra los jugadores, técnicos y empleados que se presentaron el pasado jueves en su centro de trabajo para entregarle una petición de dimisión por escrito al interpretarla como una "medida de presión" inaceptable. "Siempre he sido dialogante con todos y no pueden decir que no les he respetado, pero en un momento determinado las cosas no son como uno quiere que sean".

Alejandro Estévez defendió además la gestión del responsable de la base, Javier Caldas, Butra, pese a que se hayan suscitado enfrentamientos "con personas acostumbradas a regir de otra manera" y apuntó que el pasado jueves tuvo que ordenar por escrito que los jugadores del filial que se entrenan con el primer equipo regresaran al B para jugar en Pontevedra porque el de Segunda B (que solo tenía 12 disponibles) ya no se jugaba nada. En tono emotivo, el presidente dio las gracias a las personas que se hicieron socios, a los voluntarios y a sus más próximos.