El Ourense no levanta cabeza. Ayer volvió a cosechar una nueva derrota, la cuarta en las últimas cinco jornadas, en las que solo ha sido capaz de sumar un punto de los 15 posibles. Dos goles del Zamora acabaron con las expectativas rojillas. Ambos tantos llegaron en apenas cuatro minutos de juego. Después el Ourense reaccionó. Incluso logró enjugar su desventaja en el marcador, pero fue remar para acabar muriendo en la orilla.

Desde los primeros instantes del partido el Zamora se mostró como un equipo mucho más mentalizado en conseguir la victoria que un Ourense bien plantado atrás y tranquilo, buscando sorprender en cuanto pudiera al equipo rojiblanco. El conjunto zamorano, como es habitual en sus partidos en casa, cedió pronto la posesión del esférico a su rival buscando el contragolpe, una tónica que se mantendría durante los primeros minutos, pero sin culminar las jugadas de ataque.

El Ourense esperaba su oportunidad tranquilo atrás y el Zamora, ante la falta de remate, lo intentaba en un par de ocasiones con disparo desde lejos a cargo de Javi Ramos y de Fran Ochoa. Poco a poco el Ourense fue adquiriendo confianza y creando tímidas aproximaciones al área zamorana, pero un balón perdido en mitad de su campo por el equipo gallego permitió a Dani Mateos enviar el balón a su compañero Jorge, que cogió la espalda de la defensa y marcaba el 1-0 ante la salida del portero Pato.

Sin tiempo casi para reaccionar el Ourense encajó el segundo gol, esta vez en un avance del Zamora por la izquierda con centro del lateral Javi Ramos, que Campillo remató a gol en su propia portería.

El conjunto ourensano no tuvo capacidad de reacción, porque el partido se enfrió bastante hasta el descanso. Incluso estuvo a punto de perder por lesión a Óscar Martínez, que sufrió un fuerte golpe en la rodilla al chocar contra el banquillo. Afortunadamente, el delantero ourensano pudo reincorporarse al juego.

No era normal la actitud del Ourense en los primeros 45 minutos y pronto se pudo comprobar que el equipo de Luisito iba a ser otro tras el descanso. El técnico hizo reaccionar a su equipo realizando dos cambios en el descanso, Gustavo Souto y Arce saltaron al campo como relevos de Campillo y Jaime Noguerol y el equipo cambió considerablemente. Además a los cinco minutos, se encontraban los gallegos con un penalti a favor al derribar Javi Ramos a Javi Hernández dentro del área.

Iker Alegre se encargó de ejecutar la pena máxima con la que conseguía marcarle un gol al que fue durante cuatro años su equipo. Ya lo había hecho en la primera vuelta y también desde los once metros y por aquel mes de diciembre el Ourense tampoco se llevó el gato al agua con el resultado final.

Las cosas habían cambiado bastante, pero tampoco el equipo ourensano se fue claramente hacia arriba tras marcar, es más, el Zamora estuvo a punto de conseguir su tercer gol en una buena combinación de toda la delantera que Santos culminó con un remate ajustado al poste.

Luisito exigía desde la banda a sus jugadores mayor concentración, mientras Roberto Aguirre maniobraba metiendo en el campo a Jacobo Trigo para reforzar su centro del campo. El encuentro se abrió considerablemente y nada parecía seguro cuando Gustavo Souto estuvo a punto de marcar aprovechando un fallo de la defensa zamorana, pero su disparo se estrelló en el exterior de la red de Imanol.

Pero el Ourense se fue apagando poco a poco y tan solo fue capaz a partir de entonces de crear peligro con lanzamientos lejanos que nunca inquietaron al portero local, mientras el Zamora seguía creando ocasiones como las que dispusieron Dalmau con un potente disparo desde la media luna que salió rozando el larguero o Nico Di Biase en un libre directo que tampoco encontró puerta por muy poco. El arranque del partido fue como una losa para el Ourense que echa de menos ganar tras un mes en blanco.