A falta de dos jornadas para finalizar la competición regular en la Liga Femenina-2, el Pabellón Ourense afronta el reto de no caer al último puesto que condena al descenso. Las de Benjamín Rodríguez tendrán enfrente al Portomar Cortegada de Vilagarcía, que se agarra a las matemáticas para mantener la esperanza de conseguir la cuarta plaza. De lograrlo significaría la clasificación para la fase de ascenso.

Una hora antes del horario habitual, a las 19. 00, Os Remedios acogerá uno de los encuentros con implicaciones tanto en la pelea por evitar el descenso como en el esprint por la fase de ascenso. A las ourensanas les interesa además que el Universidad de Valladolid no le gane al Arxil de Pontevedra, mientras que las vilagarcianas deben ganar y esperar las derrotas de sus rivales directos, especialmente del Celta y el Avilés.

La tendencia que vienen marcando las ourensanas invita claramente al optimismo al equipo del extécnico del COB Rubén Domínguez. La racha de 15 derrotas de las pabellonistas (solo han ganado dos partidos) y las lesiones convierten al Portomar en claro favorito ante un anfitrión que ha tenido que recurrir a las jugadoras júniors para afrontar los últimos encuentros.

Alcanzar las once victorias es el objetivo que se ha marcado ahora el conjunto ourensano, independientemente de que sirvan para poder disputar la fase de ascenso que se disputará en Logroño. Terminar el curso con las mejores sensaciones es lo prioritario.

En cuanto al Arxil, que viajará a la cancha pucelana con las bajas de María Quiroga y de Jara Tuda, se toman el partido como una final, ya que en caso de ganar y de hacerle un favor al Pabellón y si perdieran Avilés y Celta empatarían con ellos y todo quedaría para la última jornada, en la que se decidiría el play off de ascenso.