Dos goles del Guadalajara al final de cada tiempo impidieron al Ourense llegar en ventaja al desenlace de la Copa Federación, que tendrá como escenario el estadio de O Couto el próximo jueves día 10 de abril. Tras adelantarse con un gol de sus dos estrategas más reputados, con Yebra templando un saque de esquina para que Capi volviese a presumir de cabeza, el equipo local pagó con la misma moneda cuando parecía que el partido no daba para más.

El título y el premio económico están más empinados de lo que refleja el resultado. El Ourense tendrá que exponer mucho ante un rival que corre los mínimos riesgos. El Guadalajara vive del error ajeno y va de frente, caiga quien caiga. Es un equipo duro, arrollador en las disputas y letal en las estrategias. Como forastero será incluso más temible.

Sin mucho margen para la elección debido a las ausencias, Luisito recurrió a Moisés para fortalecer la medular y le dio continuidad a la defensa de la última cita liguera. A Yebra le correspondió el cometido de filtrar el pase, con Noguerol en el enganche, Iker Alegre y Borja Valle en las bandas y Gustavo Souto en el puesto más avanzado.

El empuje del Guadalajara no dio respiro a la propuesta asociativa del Ourense, que tuvo que ocuparse más de proteger a Pato que del ataque. Pero en la Copa tiene gol (duplica el promedio liguero) y Capi cumplió el objetivo primordial, marcar en el Pedro Escartín, para revalorizar las opciones.

Las acometidas del Guadalajara se quedaron en nada hasta que, un minuto y medio por encima de los 45 y tras una falta inexistente que le cobraron a Corzo en la esquina del campo, Javi López rebasó al portero del Ourense con un lanzamiento que desvió Moisés. El técnico de los alcarreños afiló su delantera con Quique y buscó otra bota de alta precisión con Prosi al regreso de los vestuarios, mientras que el Ourense se mantenía firme atrás y buscaba salidas rápidas hacia las bandas. El partido se abrió, pero cayó en la discontinuidad por las imprecisiones y las interrupciones. Pato estaba cuando el balón sobrepasaba a la barrera rojilla, que hizo una única concesión en el minuto 89. Un saque de banda llegó al área, donde Quique consiguió congelar la pelota a pesar del acoso de los centrales para que Pérez la enviase fuera del alcance del guardameta.

Los dos equipos tenían lo que querían. El Guadalajara una excusa para racanear en O Couto y el Ourense un aliciente con el que endulzar una temporada que probablemente acabe como la peor de las pesadillas. Al menos los futbolistas volvieron a dejar claro que la podrán acabar con la cabeza muy alta.