Una vez resueltas las cuentas de la permanencia y al mismo tiempo que se dan los primeros pasos en la planificación de la próxima temporada, los esfuerzos del consejo de administración del Ourense se centran en liquidar el ejercicio económico. El club no ha podido hacer frente a las dos últimas nóminas al estar bloqueadas las subvenciones públicas y el contrato con la televisión autonómica por carecer de un certificado de la Agencia Tributaria conforme está al día en los pagos a la Administración. Tras haber llegado semanas atrás a un acuerdo con Facenda y la Seguridad Social, la negociación para conseguir el aplazamiento de la deuda se cerró el pasado 2 de mayo con un nuevo convenio por el que el Ourense se compromete a abonar 180.000 euros a Hacienda en 2013 -el resto lo pagará hasta 2017-. Sin embargo, la tramitación del expediente marcha con lentitud -hay que justificar este nuevo aplazamiento de deuda que la Agencia Tributaria concedería al club- y de esta forma la plantilla, los empleados, la cantera y los acreedores siguen a la espera de que se libere la inyección de dinero público. En cuanto disponga de ese dinero, el Ourense despachará una temporada en la que cumplió puntualmente hasta febrero, mientras hubo efectivo en caja gracias a los 3.000 carnés de socio expedidos, las taquillas y los convenios publicitarios.