El Club Ourense Baloncesto está a un paso de certificar la permanencia en la LEB Oro tras imponerse ayer, en el tercer partido de la serie, al Knet de Logroño en el Pazo Paco Paz. La fiesta de liberación puede ser incluso mañana, a partir de las 19.30 horas y en el mismo escenario, porque si los cobistas repiten victoria se ahorrarán el quinto encuentro en pista riojana.

Tendrán mucho camino andado hacia el tercer y definitivo triunfo si su norteamericano Ahston Gibbs conserva el papel estelar con que deslumbró ayer a los 3.500 aficionados que acudieron al Pazo. Sus 27 puntos, los dos triples finales de un irregular Barbour, los rebotes de Andy Ogide y un cambio de actitud general en la segunda parte colocaron al COB lo más cerca que se puede estar de la salvación.

El desenlace nada que tuvo que ver con la puesta en escena. Desde el salto inicial, algo aventuraba que el COB no estaba metido en el partido y todo a pesar de un Pazo con la afición más abundante y más enchufada de toda la temporada. El Knet mantuvo la misma actitud del segundo partido jugado en tierras riojanas, con una defensa activa e intensa y con el excobista Alberto Ruiz de Galarreta desmelenado desde la línea de 6,75 metros. Hizo diana en cuatro triples consecutivos (2-14) que encendieron la alarma en el banquillo de Rafa Sanz.

El cordobés veía como su equipo ni defendía ni atacaba según lo previsto. Kedzo y Barbour eran meras figuras decorativas -el norteamericano no consiguió sus tres primeros puntos hasta el final del primer tiempo-. La afición se entretuvo con el arbitraje, siempre adverso en jugadas dudosas. El Knet siguió dominando (6-18, m.5) hasta que Gibbs cogió la batuta y, yendo por libre, recortó diferencias. En el minuto 7, el COB redujo su desventaja a cuatro puntos (18-22). De nuevo una serie de errores de los dos bases, Mena y Rai López, y la atonía de Kedzo y Barbour (al que el entrenador sentó muy pronto al cargarse de personales) le dan aire a los riojanos. Galarreta no se mostraba tan acertado con Movilla como perro de presa, pero tomaron el relevo ante el aro Mesa y Busma (19-28).

En el segundo cuarto se mantuvo el guión. Un COB con la mayoría de sus jugadores desaparecidos en combate en el que solo tiraba del carro Ahston Gibbs, (m.15, 26-32). Los árbitros seguían desconcertado a la grada pero la diferencia no se abultaba (31-35). Barbour, Movilla y Kedzo fallaron canastas que habían podido empatar antes del descanso (31-37).

El COB volvió cambiado del vestuario. Los árbitros también. El conjunto cobista recuperó la combatividad y aunque Galarreta reanudó su cuenta de triples (34-40), el COB comenzó a aplicarse con más intensidad en defensa. También en esos primeros minutos resurgieron Kedzo y Julio González. Los cobistas empataron (42-42, m.26) y dos minutos más tarde, una racha del pívot croata propició la remontada (46-44). Lo más asombroso sucedió a nueve décimas del final de cuatro, cuando el magistral Gibbs levantó a los espectadores de sus asientos con un triple imposible (49-44).

En el último cuarto, retumbó en el Pazo la célebre frase de "Sí se puede". Con la afición volcada, el recital de Gibbs, las capturas de Ogide en la zona y con Movilla sometiendo a Galarreta a un marcaje secante, el COB rompió el partido (57-48; m.33). El sexto triple del riojano (57-51) fue respondido por Barbour, que estaba sentado con cuatro personales y que reapareció de forma providencial. Al final fue el de siempre y con dos triples consecutivos (63-51) allanó el camino de los cobistas hacia la vitoria y la permanencia.

Un partido para todos los públicos - Bufandas al viento saludaron la segunda victoria del COB sobre el Knet de Logroño. La afición vibró con su equipo, pero antes de la felicidad también probó el enfado, con su propio equipo pero sobre todo con el arbitraje de los dos primeros cuartos. Mañana será el último partido en el Pazo y la afición empujará para que también sea el último de la temporada.