El Ourense aborda esta tarde al Salamanca con los dos polos de la clasificación a mano. Tras el triunfo del Guijuelo el pasado jueves, apenas queda distancia de seguridad sobre la promoción de permanencia, mientras que la Copa del Rey está a tiro de victoria. Con 24 puntos por repartir, las dinámicas caprichosas amenazan con la superpoblación de la tierra de nadie. Un desliz implicaría sudores fríos y un triunfo aupará a los rojillos al noveno puesto. Es el peldaño que ocupan los salmantinos, que de perder en O Couto se sumarían al pelotón de equipos que están más pendientes del retrovisor que del horizonte.

El entrenador del Ourense está acertando en su pronóstico. Luisito repite tras cada resultado que la liga se convertirá en un sinvivir hasta el 19 de mayo. El colchón de puntos sobre el descenso directo todavía es mullido, pero la diferencia sobre el 16º puesto podría quedar reducido a la mínima expresión si se repite el tropiezo de hace dos domingos contra el Sanse.

Los rojillos merecieron un resarcimiento en Alcalá, pero fueron incapaces de transformar las ocasiones. Ahora afrontan el choque contra el Salamanca con la obligación de puntuar en casa, para convertir su estadio -donde jugarán tres de los próximos cuatro partidos- en un factor resolutivo en los cálculos de la salvación.

O Couto no ha visto goles de su equipo en los dos últimos partidos. El matiz inquietante es el escaso caudal de ocasiones. En El Val las hubo claras y el Ourense repetirá protagonistas arriba, con la esperanza de que Noguerol confirme que tres semanas han sido suficientes para afilar la audacia con la que acompañaba los ataques hasta su lesión.

La sanción del mediocentro Yebra impone una modificación en la medular. Álex Fernández ha sido su recambio natural y Pillado, que ofreció una de sus mejores versiones en Alcalá, y Adil son las únicas bazas que le quedan al entrenador para restaurar el centro del campo.

La retaguardia se queda por segunda semana sin Portela. Campillo será la pareja de Capi, al que previsiblemente le espera un duelo de altura con el brasileño Igor de Souza. El Salamanca tiene suficiente potencia de fuego para tumbar a cualquier defensa, aunque sus delanteros se suelen mostrar más efectivos al calor de El Helmántico.

La fragilidad forastera amenaza con vetarle la promoción de ascenso al tercero de los históricos del grupo. La temporada no ha podido ser más tormentosa para los unionistas, pero una derrota en Ourense y el retroceso en la clasificación podría disparar los niveles de crispación.