Una mala caída en el entrenamiento de la mañana pasó ayer un enorme factura a Sergio Álvarez, el segundo portero del Celta, que dice adiós a la temporada por causa de una lesión en la clavícula. Nada más ser examinado por el jefe de los servicios médicos, Juan José García Cota, se supo que el problema era de alcance y que el futbolista tendría que pasar una larga convalecencia. La vacante del guardameta de Catoira será cubierta por el juvenil Rubén Blanco.

La pruebas médicas practicadas al guardameta a primera hora de la tarde confirmaron los malos augurios: luxación acromioclavicular de grado III, un lesión especialmente grave en el caso de un portero que mantendrá al futbolista de Catoira uno dos meses y medio alejado de los terrenos de juego. Al poco de realizarse la prueba, Sergio era intervenido en la Clínica de Fátima por el doctor Cota. La operación, según informó el Celta, se llevó a cabo sin complicaciones.

"Sergio sufrió en una caída durante el entrenamiento la rotura de los ligamentos que unen la clavícula con el hombro. Reconstruimos esos ligamentos y estabilizamos la articulación", explicó el doctor García Cota, quien precisó que la intervención duró unos sesenta minutos y que el jugador permanecerá ingresado en el Hospital de Fátima entre 24 y 48 horas.