Al Alcalá se le esfuman las opciones de salvación tras cosechar un nuevo empate sin goles ante un Ourense que fue mejor en casi todo, excepto en la suerte del gol. Los de Luisito aguantaron las embestidas de los madrileños al inicio y al final, y controlaron sin demasiados problemas durante el resto del encuentro a su necesitado rival, que lleva más de 400 minutos sin ver puerta. Noguerol y Sanginés desperdiciaron las mejores ocasiones, una en cada tiempo, aunque el triunfo pudo decantarse del lado complutense si un cabezazo postrero de Iván García no se hubiese topado con el travesaño.

El Ourense volvió a pecar de falta de pegada en Alcalá de Henares y sumó su cuarta jornada consecutiva sin ganar, con tres empates, a pesar de que fue mejor en casi todo que un rival, también rojillo, que se ve acuciado por la necesidad de sumar triunfos para salir de la complicada situación clasificatoria en la que se halla inmerso.

Tras el preocupante resbalón frente al San Sebastián de los Reyes en O Couto, y con las lógicas dudas después de un mes de marzo poco pródigo en puntos, el Ourense saltaba al césped del vetusto Virgen del Val vestido de negro y con las novedades de Campillo y Pablo Pillado en el once inicial, en detrimento de Portela y Adil. Y con el objetivo claro de buscar un triunfo que apuntillase a su adversario y acercase un poco más el objetivo de la permanencia.

Como era previsible, salió con brío el Alcalá, presionando con fuerza en la zona ancha y buscando constantemente al espigado Carlos Gazapo como vía más rápida para conectar con el goleador Rubiato. Pero en los primeros minutos, apenas se pueden reseñar un par de lanzamientos lejanos del local Gazapo y del visitante Noguerol que no encontraron portería. Como tampoco lo hizo Pablo Pillado en un chut desde la frontal que se le marchó alto.

Con paciencia y solvencia, los ourensanos fueron haciéndose poco a poco con el mando del choque, volcando casi todo su juego de ataque hacia la banda izquierda de Noguerol, el mejor de su equipo durante los casi setenta minutos que jugó. A la media hora, buscó la cabeza de Iván González, aunque éste se encontraba en posición antirreglamentaria. Poco después, conectaba con Óscar Martínez y éste con Iván González, cruzándose providencialmente Joselu para desviar a córner.

Justo antes del descanso, Noguerol remataba al lateral de la red, solo ante Juancho, en la mejor ocasión del primer tiempo tras un intento previo de Iván González. Por parte madrileña, apenas un cabezazo forzado de Rubiato, que reclamó con vehemencia un agarrón de Capi dentro del área.

Tras la reanudación, volvió a achuchar el Alcalá, que dio un par de sustos en remates de Rubiato y Portilla. En el 52, Campillo cortaba con la mano un centro de Portilla y veía la cartulina amarilla. Una acción reglamentariamente correcta y que pudo ser decisiva si el colegiado le hubiera mostrado la segunda tarjeta diez minutos después, en una acción que provocó el enfado de Antonio Acosta, técnico local, que siguió reclamándole al colegiado incluso una vez concluido el encuentro.

Entre ambas, Noguerol dispuso de otra buena oportunidad, perfilándose para su pierna derecha y buscando la escuadra de la meta de Juancho sin lograr su objetivo. Los dos entrenadores buscaron soluciones en su banquillo y Luisito retiró al cansado Noguerol y al amonestado Campillo, incorporando a Sanginés y Adil con una clara intención ofensiva. El delantero ourensano tuvo el triunfo en su bota izquierda, tras recibir un balón en largo, sortear a Juancho e, incomprensiblemente, estrellar su remate a puerta vacía en el lateral de la red de El Val.

En el tramo final, el Alcalá sacó fuerzas de flaqueza para poner cerco a la portería de Pato, inédito durante toda la mañana, pero al que se le heló el gesto en un balón cabeceado por Iván García que le superó por alto y que acabó estrellándose en el larguero cuando la parroquia local ya celebraba el gol de la esperanza. Una internada de Óscar Martínez cortada por Joselu fue la última para un Ourense que se fue con la agridulce sensación de haber podido ganar en El Val y, también, perder sin la ayuda de la madera.

Con el noveno empate a domicilio que logra el conjunto entrenado por Luisito y tras la victoria a última hora del Guijuelo en el campo del Coruxo, la distancia sobre el puesto de promoción de permanencia es de cuatro puntos. Los rojillos también le ganan el coeficiente particular de goles a los salmantinos y aumentan a nueve puntos la distancia sobre el descenso directo, al que parecen condenados Zamora, Alcalá, Rayo B y Marino.