La visita a Ourense del presidente de la Federación Gallega de Fútbol, José García Liñares, para explicar las nuevas directrices de los cursos de monitor de fútbol y fútbol sala coincidió con el ecuador de su mandato. El dirigente hizo un balance "moderadamente positivo y optimista" de su gestión, que ha tenido como piedras angulares la dignificación de las instalaciones de la FGF y el saneamiento de la deuda de la Mutualidad, que hace dos años alcanzaba los 750.000 euros.

"Si tuviéramos un 'enchufado', ni siquiera habría sitio para poder colocarlo". García Liñares recurrió a la ironía para referirse al estado de las sedes federativas y la mayoría de sus delegaciones. "Ahora mismo disponemos de 600 metros cuadrados y pasaremos a 2.600. En el momento en que nos den la licencia de ejecución, habrá que esperar un mes más para la licitación y un año para la construcción. Estamos hablando de un plazo relativamente corto. Hasta entonces lógicamente no se pueden ver muchas cosas, aunque decisiones tomamos muchísimas", indica el presidente de la FGF en referencia al proyecto de la nueva sede central y dos terrenos de juego que se construirán en A Coruña.

La semana pasada la Federación solicitó la licencia para remodelar el campo de fútbol de Coia, en Vigo, y para hacer la sede federativa. Recientemente se inauguraron las oficinas de Pontevedra (fruto del acuerdo con la Diputación por el que jugó en Pasarón la selección española) y acaban de comprar un local en Ferrol para el mismo fin. "En un sitio en el que en los últimos 25 años no se había invertido nada, estaremos hablando de 6 o 7 millones de euros, que aproximadamente será la inversión total en una primera fase", apuntó García Liñares. Para abordar la operación, la Federación contará con la ayuda del Consejo Superior de Deportes y deberá vender posteriormente varios pisos de su propiedad en Vigo y A Coruña.

El agujero económico de la Mutualidad de futbolistas fue el otro frente que abrió la junta directiva que puso fin al largo mandato de Julio Meana. "A ver si somos capaces de salvar el problema de la Mutua, que tenía más de 750.000 euros de deuda en aquel momento. Este año va a quedar algo saneada y a ver si la temporada próxima la podemos sanear al 100% y por lo tanto disponer de un mejor servicio sin ninguna repercusión en las cuotas", afirmó el dirigente.

La unificación del recibo arbitral, en el que se seguirán dando pasos en las categorías juveniles y cadetes, la fusión con el fútbol sala que convierte a la Gallega en la cuarta federación con más licencias (88.000) y ajustes en la contabilidad son otros logros de la junta directiva de García Liñares. "En la Federación no cobra nadie, ni el propio presidente, por lo tanto tampoco le podemos dedicar el día entero. Le dedicamos lo que podemos, y hoy por hoy la FGF no se puede pagar una directiva profesional. Siempre se puede hacer más y mejor, pero podemos decir que se han sentado las bases para en un plazo razonable de año y medio ver cambios sustanciales con respecto a lo que había antes, que tampoco hay que hacerlo muy bien para mejorarlo".